El primer ministro Naftali Bennett defiende a la ministra del Interior, Ayelet Shaked, en medio de una ola de críticas contra ella por las políticas de Israel sobre la aceptación de refugiados ucranianos.
“En las últimas dos semanas se ha producido una situación en la que todo el mundo ha convertido a la ministra del Interior en un saco de boxeo del gobierno”, dice Bennett en la reunión del gabinete.
El primer ministro subraya que todas las políticas de Israel sobre el tema “se decidieron en plena coordinación con todas las partes relevantes”, incluidos el ministro de Asuntos Exteriores y el de Finanzas. Bennett dice que algunas voces en el gobierno “eran más conservadoras que la propia ministra del Interior”.
El primer ministro dice a los ministros del gabinete reunidos que “cualquiera que tenga un problema [con la política] debería respetarla y levantar el teléfono para llamarla en lugar de [criticarla] en los medios de comunicación”.
En un principio, Shaked -cuyo ministerio controla la entrada en el país- había anunciado que Israel sólo aceptaría a 5.000 refugiados ucranianos que no pudieran obtener la ciudadanía israelí en virtud de la Ley del Retorno. En medio de una oleada de críticas y amenazas legales, dijo entonces que se permitiría la entrada a todos los refugiados con familia en el país. Hasta ahora, más de 13.500 ucranianos han entrado en Israel desde el comienzo de la guerra, y unos 10.000 no pueden obtener la ciudadanía.
Shaked ha sido objeto de duras críticas públicas por parte de muchas personalidades, incluidos los ministros del gobierno; el ministro de la Diáspora, Nachman Shai, y el ministro de Bienestar, Meir Cohen, se han pronunciado en contra de la política actual, y el ministro de Finanzas, Avigdor Liberman, también ha realizado críticas veladas.