El primer ministro, Naftali Bennett, arremetió el martes contra la oposición y el líder de la misma, Benjamin Netanyahu, tras el fracaso del gobierno en la aprobación de una prórroga de la Ley de Ciudadanía en la Knesset en la madrugada del martes.
En su intervención del martes por la tarde, Bennett acusó a la Oposición de “perjudicar directamente la seguridad de Israel, por un sentimiento de amargura y desesperación”.
Bennett señaló a Netanyahu y al pícaro Yamina Mk Amichai Chikli, que votó en contra del proyecto de ley, para burlarse, comparándolos con el MK de la Lista Árabe Conjunta y ex asesor de Arafat Ahmed Tibi.
“Todos los que votaron en contra de la Ley de Ciudadanía, desde Bibi hasta Tibi y Chikli, eligieron la política mezquina por encima del bien de los ciudadanos de Israel, y tendrán que dar cuenta de sus actos a la opinión pública durante mucho tiempo”.
El MK de la coalición, Yair Golan (Meretz), dijo que el gobierno intentaría aprobar de nuevo el proyecto de ley, basándose en un acuerdo de compromiso.
“Volveremos a intentar aprobar la Ley de Ciudadanía de nuevo. Es una ley buena y adecuada”.
“El nuevo Gobierno ha reunido una serie de acuerdos en materia de inmigración”.
El proyecto de ley, que ampliaría una normativa de emergencia que limita la capacidad de los residentes de la Autoridad Palestina para reclamar la ciudadanía o la residencia israelí a través de la reagrupación familiar, fue derrotado por poco en la madrugada del martes, cuando la Knesset votó 59-59 para rechazar la propuesta.
Más tarde, el martes, Issawi Freij (Meretz), ministro de Cooperación Regional, afirmó que la ministra del Interior, Ayelet Shaked (Yamina), había aceptado conceder permisos de residencia a miles de familias árabes a cambio de apoyar la Ley de Ciudadanía.