Tres magistrados de la Corte Suprema de Israel comenzaron el martes el análisis de varias impugnaciones contra la destitución de Ronen Bar, director del Shin Bet. El presidente del tribunal, Yitzhak Amit, lidera la instancia junto a los jueces Noam Sohlberg y Dafna Barak-Erez.
Ocho recursos fueron presentados por diversas entidades, incluidos el grupo Comandantes para la Seguridad de Israel, el Movimiento por un Gobierno de Calidad y legisladores opositores. Todos denuncian que la remoción de Bar carece de legalidad y presenta fallas graves.
El respaldo a estos reclamos proviene de la fiscal general Gali Baharav-Miara, quien decidió no representar al Ejecutivo en este caso. En su postura, argumenta que la destitución está viciada por un conflicto de intereses del primer ministro, dado que el Shin Bet lleva a cabo una investigación sobre sus asistentes.
Por parte del gobierno, la defensa insiste en que no existe vínculo entre el cese de Bar y dicha investigación. Según su argumento, la decisión responde a una pérdida total de confianza y motivos de seguridad nacional. Añade que mantener a Bar en funciones pondría en riesgo crítico al país, y que cualquier injerencia del tribunal comprometería la separación de poderes.
La Corte debe resolver ahora si mantiene la medida cautelar vigente que frena la destitución, en tanto se emite un fallo definitivo.