El periódico The Jerusalem Post ha revelado que la existencia de intensos tratos secretos entre la Fiscalía de la Corte Penal Internacional e Israel.
Estas conversaciones, que se sospecha que comenzaron antes de junio del presente año, buscarían allanar el terreno para una posible visita oficial de la fiscalía a Israel y los territorios palestinos.
Estos intercambios culminaron con la visita inesperada del fiscal jefe el jueves, un movimiento que ha sido mantenido en la más estricta confidencialidad debido a sus enormes implicaciones geopolíticas y jurídicas. La visita y los diálogos previos tienen enormes implicaciones no solo para Israel, sino también para el panorama geopolítico internacional.
Para Israel, la visita del fiscal representa una preocupación considerable, debido al temor de que la CPI pudiera recopilar evidencias contra los israelíes por presuntos crímenes de guerra. Israel ha limitado su interacción con la CPI desde marzo de 2021, cuando la exfiscal jefe Fatou Bensouda inició una investigación completa sobre las acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el conflicto de Gaza de 2014 y las operaciones de asentamientos en Judea y Samaria.
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Una acción de la CPI podría llevar a cerca de 125 países, incluyendo casi toda la Unión Europea, a detener a soldados o funcionarios israelíes bajo cargos de crímenes de guerra, lo que potencialmente dañaría el estatus de Israel a nivel global. Por otro lado, desde la perspectiva de la CPI, cualquier cercanía exagerada con Israel podría desencadenar la ira de sus 125 estados miembros.
El fiscal actual de la CPI, Karim Khan, mencionó públicamente a Israel por primera vez en diciembre de 2022, indicando que preveía visitar Israel y la Autoridad Palestina a finales de 2023. A pesar de no haber hecho ninguna otra declaración pública, la CPI ha expresado su creencia de que Israel permitiría una visita de Khan a la región.
A mediados de julio de este año, la certidumbre de la CPI acerca de dicha visita era alta, pero a mediados de septiembre, la CPI revisó sus expectativas de que la visita se realizara, reduciendo también su nivel de confianza en la misma.
La reciente guerra desatada el 7 de octubre ha trastocado el rumbo de los acontecimientos. Desde Israel, la factibilidad de una visita por parte del fiscal Khan se ha vuelto más compleja aún que durante el periodo de revisión judicial, a consecuencia de acusaciones por crímenes de guerra, el incremento de bajas civiles palestinas y las imágenes de Gaza.
Para la Corte Penal Internacional, la cuestión palestino-israelí ha escalado de ser un tema secundario comparado con Rusia-Ucrania y otros casos significativos, a figurar entre sus tres o cuatro prioridades públicas más destacadas. La oficina del fiscal Khan ha incrementado sus esfuerzos para concretar visitas.
El 29 de octubre, Khan realizó una visita muy pública a la frontera entre Egipto y Gaza, donde exigió a Israel que le permitiese la entrada y llamó la atención sobre lo que consideró un retraso por parte de Israel en la entrega de ayuda humanitaria a los civiles de Gaza. Tras casi dos años y medio en el cargo, realizó sus primeras entrevistas relacionadas con el tema palestino-israelí con Reuters, la BBC y CNN.
La CPI aun albergaba la esperanza de que su campaña de relaciones públicas convenciera a Israel para concederle la entrada a Israel y Gaza tras visitar el paso fronterizo de Rafah, aunque durante el mes de noviembre se dio cuenta de que Israel no permitiría la visita si incluía Gaza. Visitar a las familias de las víctimas del 7 de octubre podría ser una forma de eludir el impasse.
Tanto la CPI como Israel habían mantenido un diálogo más exhaustivo, aunque informal desde julio de 2015 hasta mediados de 2021, incluyendo la visita de un equipo de funcionarios de la CPI a Israel y Judea y Samaria en octubre de 2016.
De cara al futuro, las próximas acciones tanto de Israel como de la CPI, así como la influencia de la guerra y la situación geopolítica en “el día después” de la guerra en Gaza, pueden tener implicaciones importantes en el diálogo y en la decisión final de Khan sobre las alegaciones de crímenes de guerra.
Aunque Israel ha intentado resaltar al mundo los abusos sistemáticos cometidos por Hamás contra lugares civiles y su uso recurrente de escudos humanos civiles, la atención de la CPI hacia Israel ha aumentado en comparación a la etapa inicial de Khan, cuando el tema era de menos prioridad.
A pesar de lo delicado del asunto, la Oficina del primer ministro, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ministerio de Justicia y la División Jurídica de las FDI se han abstenido de hacer comentarios. Una fuente israelí agregó que “Israel no reconoce la jurisdicción de la CPI sobre el conflicto palestino-israelí”.
Sin embargo, se entiende que altos funcionarios israelíes tampoco negarían aspectos significativos de la narración de la CPI sobre el diálogo entre las partes y la posibilidad de una visita, que se ha concretado efectivamente justo antes de cerrar esta edición.