El gobierno israelí aprobó el miércoles los planes para una nueva ciudad beduina y tres comunidades rurales beduinas, destinadas al reasentamiento de los residentes de los campamentos ilegales de ocupantes ilegales que serían llevados a comunidades legales y permanentes.
El portavoz de Regavim señaló que, a pesar de las fuertes presiones del Partido de la Lista Árabe Unida (Ra’am) para que se introdujeran cambios en la decisión del gobierno, la redacción de la decisión aprobada es prácticamente idéntica a la de la propuesta presentada por el gobierno de Netanyahu.
El lenguaje que finalmente se adoptó fue el producto de varios meses de intensas consultas y esfuerzos conjuntos entre Regavim y el personal de la ministra del Interior Ayelet Shaked (Yamina).
Meir Deutsch, director general de Regavim, reaccionó a la decisión del miércoles por la mañana, diciendo: “Lo hemos dicho antes, y lo diremos de nuevo: Este plan es tanto una oportunidad como un riesgo”.
“Por un lado, este plan puede conducir a un cambio real en el Néguev, a la devolución de las tierras estatales a las manos del gobierno y al inicio del proceso de reasentamiento de los okupas beduinos que han ocupado los espacios abiertos del Néguev. Este plan prevé el reasentamiento en asentamientos legales y organizados, en lugar de la “expansión” ficticia de los asentamientos existentes que fue el procedimiento habitual durante la última década”.
“La decisión aprobada hoy por el gobierno establece los criterios para reubicar a los residentes de los campamentos beduinos en asentamientos permanentes según calendarios claramente definidos; si no se cumplen los criterios, se cancelará el plan de creación de nuevos asentamientos”.
Y añadió: “Por otra parte, el mérito del plan del gobierno debe demostrarse con acciones, no con intenciones. Hasta la fecha, los gobiernos israelíes han sido muy hábiles a la hora de ofrecer “zanahorias”, pero no han utilizado “palos” ni han hecho cumplir las condiciones de los planes anteriores. Este plan, al igual que sus predecesores, se basa en las zanahorias y los palos, y depende del gobierno demostrar que tiene la intención de llevar a cabo el programa, incluida la evacuación de los campamentos de ocupantes ilegales y la devolución a manos del Estado de las tierras en las que los beduinos están ocupando ilegalmente. La fallida política de interminables asignaciones de tierras para el sector beduino debe llegar a su fin”.
“Si el gobierno mantiene el rumbo y lleva a cabo el programa aprobado hoy —tanto las zanahorias como los palos— será el primer progreso real hacia un futuro mejor para el Néguev y para la devolución de los recursos nacionales a la jurisdicción del gobierno”, concluyó.