Al parecer, el partido Likud de Benjamin Netanyahu se niega a votar a favor de un proyecto de ley para renovar una medida de larga data que extiende la ley israelí a los ciudadanos que viven en Judea y Samaria, cuando la Knesset está a punto de disolverse.
La medida debe renovarse cada cinco años, y su no aprobación podría tener consecuencias de gran alcance para los judíos de Judea y Samaria. Sin embargo, si la Knesset se disuelve antes del 1 de julio, el proyecto de ley se renovará automáticamente por seis meses, en plena temporada electoral en Israel.
El actual gobierno se dirige a las elecciones, entre otras razones, por no haber conseguido reunir los votos suficientes para aprobar el proyecto de ley. El Likud, y otros partidos de la oposición de derechas, se han negado a apoyar cualquier legislación del gobierno, aunque la apoyen ideológicamente.
Según el Canal 13 de noticias, el Likud quiere que el proyecto de ley se prorrogue solo por seis meses, para asegurarse de que el primer ministro entrante, Yair Lapid, no consiga formar un nuevo gobierno tras las esperadas elecciones de otoño, ya que tendría que volver a encontrar una mayoría para renovar el proyecto de ley. Si el proyecto de ley se renueva por cinco años, no sería una prioridad a la hora de formar gobierno.