El primer ministro Benjamín Netanyahu ha convocado hoy domingo a un equipo especial de ministros para examinar cómo debe tratarse a los infiltrados que infringen la ley, tras los actos de violencia y las agresiones a agentes de policía que tuvieron lugar ayer sábado en Tel Aviv.
A petición del ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, y con el visto bueno del Ministerio del Interior y de la Fiscalía, la mayoría de los detenidos por los disturbios ocurridos ayer en el sur de Tel Aviv seguirán en detención administrativa, incluso con un nivel de pruebas relativamente bajo.
Ben-Gvir pidió a la policía que cualquier otro alborotador que sea detenido también sea mantenido en detención administrativa. Los ministros acordaron promover una Ley Básica: Inmigración para tratar la cuestión de la infiltración ilegal, y estudiar la posibilidad de revocar los permisos de trabajo de las personas que permanecen ilegalmente en Israel.
El primer ministro Netanyahu dijo al principio del debate: “La infiltración ilegal masiva en Israel desde África suponía una amenaza real para el futuro de Israel como Estado judío y democrático. Detuvimos esta amenaza construyendo la valla; construir la valla supuso superar la oposición del estamento de seguridad y de nuestros oponentes políticos. Cuando la detuvimos, detuvimos la infiltración por completo, y estoy orgulloso de que los gobiernos bajo mi liderazgo lo hicieran”.
Según él, “queda el problema de los que ya habían entrado antes de la finalización de la valla, se trata de decenas de miles de infiltrados ilegales que entraron en Israel. Sacamos a doce mil de ellos voluntariamente, mediante diversos incentivos y diversas medidas. Queríamos más, propusimos una serie de medidas, incluida la reciente ley de depósito, y por desgracia todas fueron rechazadas por el Tribunal Supremo”.