El Movimiento por un Gobierno de Calidad en Israel presentó el lunes ante la Corte Suprema una declaración jurada del ex jefe del Shin Bet, Yoram Cohen, como parte de los procedimientos en curso contra el gobierno israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu, el Fiscal general, el Comité Asesor para Nombramientos de Altos Cargos y el jefe actual del Shin Bet.
En el documento, Cohen asegura que durante su periodo como jefe del Shin Bet, entre 2011 y 2016, Netanyahu intentó en dos ocasiones utilizar los recursos del servicio de seguridad con fines políticos y personales.
Según Cohen, el primer incidente tuvo lugar en 2013, cuando Netanyahu le pidió que el Shin Bet asumiera la tarea de monitorear con herramientas de inteligencia a todas las personas que tenían conocimiento de una operación delicada en un estado enemigo. Cohen manifestó su oposición: “Le dije al primer ministro que aunque existiera una preocupación legítima, no correspondía usar herramientas diseñadas para frustrar terrorismo y espionaje para vigilar y disuadir a cientos de miembros de la comunidad de inteligencia israelí, incluidos los jefes de otras agencias, sin sospechas específicas contra ninguno de ellos”.
Añadió: “Le expresé que no era apropiado que yo aceptara y desplegara esos métodos de vigilancia intrusivos en esa situación”. De acuerdo con su testimonio, el fiscal general de entonces, Yehuda Weinstein, apoyó su negativa. Ante esta respuesta, Netanyahu replicó: “Si es así, pediré que se transfieran todas las capacidades de monitoreo del Shin Bet al director de Seguridad del Establecimiento de Defensa”.
Cohen también relató un segundo episodio, ocurrido en 2014, cuando Netanyahu lo convocó a una reunión privada para pedirle que revocara la autorización de seguridad de Naftali Bennett, quien entonces era ministro y miembro del gabinete. “Me dijo directamente que esperaba que yo actuara como jefe del Shin Bet para quitarle la autorización de seguridad”, declaró Cohen. Su respuesta fue inmediata: “Le dije que no tenía intención de hacerlo bajo ninguna circunstancia”. Además, aclaró que la información que Netanyahu presentó como justificación era infundada.
El abogado Eliad Shraga, presidente del Movimiento por un Gobierno de Calidad, sostuvo que esta declaración “expone lo que venimos denunciando hace años: intentos indebidos por parte del primer ministro de convertir a los cuerpos de inteligencia y seguridad del Estado en herramientas políticas para fines personales”. Señaló que tratar de usar ilegalmente la autoridad del Shin Bet contra un oponente político es una “línea roja que no debe cruzarse en una democracia”. Según Shraga, el testimonio de Cohen demuestra la importancia de mantener figuras independientes dentro del sistema gubernamental y alerta sobre el grave peligro de una concentración de poder sin control en manos del primer ministro. Por ello, pidió a la Corte Suprema que trate este testimonio con la máxima seriedad en el marco de las peticiones presentadas.