El embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman, dijo en una entrevista en CNN que Estados Unidos “no está preparado para hablar de Estado palestino”, ya que supondría una amenaza existencial para la seguridad de Israel y Jordania.
A la pregunta de la periodista Christiane Amanpour si Estados Unidos está comprometido con una solución de dos estados, Friedman dijo: “Creemos en la autonomía palestina, creemos en el autogobierno palestino. Creemos que la autonomía debe extenderse hasta el punto en que interfiera con la seguridad israelí”.
Citando preocupaciones de seguridad, Friedman dijo que un Estado palestino en esta etapa “es una amenaza existencial para Israel, para Jordania”, argumentando que se convertiría en un centro para los grupos terroristas.
“Lo último que el mundo necesita es un Estado palestino fracasado. Ahora mismo el gobierno palestino es tan débil”, dijo. Añadió que la administración de Estados Unidos quiere que los palestinos tengan una economía y se gobiernen a sí mismos.
Full interview with @USAmbIsrael David Friedman: https://t.co/wiZcYE8XuY https://t.co/mO2tRmp8Eu
— Christiane Amanpour (@amanpour) July 30, 2019
Friedman también rechazó una “solución de un solo Estado” que incluía la ciudadanía e igualdad de derechos para todos los residentes de Israel, Judea, Samaria y la Franja de Gaza. “No creo que nadie responsable en Israel esté presionando por una solución de un solo Estado…. No creo que haya un movimiento político serio en Israel para una solución de un solo Estado, y no creo que ninguno de los actos que Israel ha tomado o que hemos tomado en los últimos dos años nos esté llevando a ese punto”, dijo.
En junio, Friedman y el enviado del presidente Donald Trump para Oriente Medio, Jason Greenblatt, inauguraron un túnel debajo de una aldea palestina en el este de Jerusalén durante una ceremonia de inauguración de un proyecto arqueológico.
También en junio, Friedman dijo al New York Times que Israel tiene derecho a anexar partes de Judea y Samaria. El comentario sigue a la promesa del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, en las elecciones de abril, de anexar el territorio, sobre el que Israel ha mantenido el control desde que fue conquistado a Jordania en 1967.