El Gabinete Político y de Seguridad de Israel aprobó, la noche del miércoles, un incremento en el suministro de combustible hacia la Franja de Gaza, en respuesta a las presiones ejercidas por Estados Unidos. Esta decisión contó con el respaldo de la mayoría de los ministros, aunque fue rechazada por Bezalel Smotrich e Itamar Ben Gvir.
La Oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu emitió una declaración en la que se afirmaba que el gabinete “aprobó la recomendación del Gabinete de Guerra para permitir la adición mínima de combustible necesaria para evitar un colapso humanitario y el brote de epidemias en el sur de la Franja de Gaza”.
Se estableció que la cantidad exacta de combustible sería determinada por el Gabinete de Guerra, en función de la morbilidad y la situación humanitaria en la Franja.
Itamar Ben Gvir, uno de los ministros que votaron en contra, argumentó durante la reunión que el combustible es aprovechado por Hamás. Afirmó que, semanas atrás, se había decidido que no entraría ni una gota de combustible, y cuestionó el cambio repentino de política. Ben Gvir insistió en que para derrotar al terrorismo y a Hamás, es necesario poner fin a este tipo de concesiones.
Hasta la fecha, Israel había permitido la entrada diaria en Gaza de aproximadamente 60.000 litros de combustible para necesidades humanitarias. Sin embargo, la administración de EE. UU. solicitó que se permitiera la entrada en la Franja de una cantidad diaria tres veces superior, es decir, 180.000 litros.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, respaldó la medida solo después de que se estableciera que se implementaría de manera gradual. Gallant también condicionó su apoyo a la posibilidad de que la Cruz Roja se reuniera con los rehenes retenidos por Hamás que aún no han sido liberados.