Gracias, Presidente Trump, en nombre del pueblo de Israel. Será recordado para siempre como un verdadero amigo del Estado de Israel.
Usted dirigió movimientos revolucionarios y valientes para fortalecer la existencia de Israel. Usted rompió las percepciones anticuadas. Trasladaste la embajada de EE.UU. a Jerusalén sin miedo. Reconociste los Altos del Golán como parte del Estado de Israel.
Nos trajo una paz histórica con los Emiratos Árabes Unidos sin renunciar al territorio. Aclaraste que el foco del conflicto no son los palestinos. Aplicó una presión sin precedentes sobre el asesino régimen iraní.
Un rasgo fundamental del judaísmo es la gratitud, y estamos agradecidos por ello, y nunca lo olvidaremos.