El Comité Central del Likud tiene programado votar sobre una fusión con el partido Nueva Esperanza. Esta medida permitiría el regreso del ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Sa’ar, al Likud. Sa’ar había renunciado hace cinco años a causa de diferencias con el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ahora lidera el partido.
El ministro de Defensa, Israel Katz, expresó su oposición al regreso de Sa’ar, a quien considera un potencial rival dentro del Likud, según información de Ynet. En marzo, Sa’ar firmó un acuerdo para disolver la facción de Nueva Esperanza en el Likud. Esta decisión vino después de encuestas que mostraban la inviabilidad de que su partido superara el umbral electoral si se presentaba en solitario.
Una declaración conjunta del Likud y Nueva Esperanza de marzo pasado, informó que el acuerdo requiere la eliminación de una resolución de agosto de 2021. Dicha resolución prohibía a los miembros de Nueva Esperanza servir en el Likud. Una vez aprobado, los 2.400 miembros de Nueva Esperanza se registrarán en el Likud y sus legisladores tendrán un estatus similar al de otros diputados.
La declaración también indicó que el Likud cubrirá aproximadamente $409,000 de la deuda de Nueva Esperanza. Este monto se traduce en 1.5 millones de shekels. Además, se estableció que Sa’ar no podrá votar a su elección sobre la controvertida legislación de la coalición que busca reformar el sistema judicial.
Según los medios de comunicación hebreos, una copia del acuerdo señala que Sa’ar elegirá a un candidato para el lugar mejor clasificado en la lista electoral del Likud. Para la próxima elección de 2026, la disolución de Nueva Esperanza entraría en vigor. Dicha lista se determina principalmente a través de una primaria.
Ynet informó que Sa’ar probablemente seleccionará al ministro Ze’ev Elkin, un antiguo miembro del Likud y confidente de Netanyahu. Elkin abandonó el partido con Sa’ar en 2020 para fundar Nueva Esperanza, después de que Sa’ar desafiara sin éxito a Netanyahu por el liderazgo del Likud.
Al dejar el Likud en 2020, Sa’ar declaró que el partido había fomentado “un culto a la personalidad” en torno a Netanyahu y se había convertido en una “herramienta para los intereses personales de la persona a cargo, incluidos los asuntos relacionados con su juicio penal”.