El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, manifestó su indignación ante las críticas recibidas por Noa Argamani, una rehén recientemente rescatada, por haber decidido acompañarlo en su visita a Washington.
“Estoy horrorizado por la campaña de difamación dirigida contra Noa Argamani. Noa sufrió atrocidades durante su cautiverio en manos de Hamás”, declaró Netanyahu en hebreo al inicio de una reunión con sionistas cristianos estadounidenses.
Netanyahu cuestionó la moralidad de quienes critican a Argamani: “¿No hay límite? Este es el límite. Ya basta”.
Argamani, quien fue liberada el mes pasado junto con otros tres rehenes secuestrados durante la masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre, viajó a Estados Unidos con Netanyahu, acompañada por su padre Yaakov y otros familiares de cautivos.
Dirigiéndose en inglés a los líderes cristianos, Netanyahu explicó: “Ahora que ella se unió a nuestra delegación, hay voces que dicen ‘¿cómo se atreven a irse? Deberían haberse quedado en cautiverio’”. resaltando su descontento, añadió: “Hay una minoría marginal que no tiene ningún escrúpulo. Ya basta”.
Tanto Argamani como su padre han sido duramente criticados en Israel por aceptar acompañar al primer ministro en su visita a Estados Unidos y durante su discurso ante el Congreso. Tanto legisladores de la coalición como de la oposición han condenado las críticas hacia ellos.
Familiares de otros rehenes aún en manos de Hamás y opositores a Netanyahu afirmaron que la aparición de Argamani podría fortalecer la imagen del primer ministro, a quien muchos responsabilizan por no haber logrado un acuerdo para la liberación de los rehenes después de más de nueve meses de conflicto.
El comentarista izquierdista del diario Haaretz, Uri Misgav, un crítico acérrimo de Netanyahu, expresó en Facebook que Argamani y su padre “deberían estar avergonzados de haber aceptado servir como decoración” para el primer ministro. Por su parte, el periodista retirado Dan Margalit calificó en Twitter la presencia de Argamani en la delegación como una “vergüenza”, ante sus 164.000 seguidores.