El primer ministro Benjamin Netanyahu condenó el informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la respuesta israelí a los ataques en la frontera con Gaza.
«Israel rechaza abiertamente el informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. El consejo establece nuevos récords de hipocresía y mentiras, debido al odio obsesivo de Israel, la única democracia en el Medio Oriente”.
“Hamás es el que dispara cohetes contra civiles israelíes, lanza bombas y lleva a cabo actividades terroristas durante las violentas manifestaciones a lo largo de la cerca”.
“Israel no permitirá que Hamás dañe la soberanía israelí y a sus ciudadanos y protegerá su derecho a la legítima defensa. Los soldados de las FDI continuarán con la determinación de defender a los ciudadanos israelíes contra los ataques de Hamás y las organizaciones terroristas financiadas por Irán, que declara su intención de destruir a Israel».
Netanyahu estaba respondiendo a una investigación de la ONU que el jueves dijo que la respuesta israelí a los disturbios de 2018 en Gaza «podría constituir crímenes de guerra«.
«Los soldados israelíes cometieron violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Algunas de esas violaciones pueden constituir crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad«, el presidente de la Comisión de Investigación Independiente de la ONU sobre las protestas en el territorio palestino ocupado, Santiago Canton, dijo en un comunicado.
La investigación, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, investigó posibles violaciones desde el inicio de los ataques el 30 de marzo de 2018 hasta el 31 de diciembre.
«Más de 6.000 manifestantes desarmados fueron baleados por francotiradores militares, semana tras semana en los sitios de protesta«, dijo.
«La Comisión encontró motivos razonables para creer que los francotiradores israelíes dispararon a periodistas, trabajadores de la salud, niños y personas con discapacidades, sabiendo que eran claramente reconocibles como tales», dijo.
Los investigadores especificaron que había motivos razonables para creer que las tropas israelíes mataron e hirieron a los árabes «que no estaban participando directamente en las hostilidades, ni representaban una amenaza inminente».
El equipo de la ONU también rechazó las afirmaciones de Israel de que los ataques tenían como objetivo ocultar actos de terrorismo.
«Las manifestaciones fueron de naturaleza civil, con objetivos políticos claramente establecidos«, señala el comunicado.
«A pesar de algunos actos de violencia significativa, la Comisión encontró que las manifestaciones no constituían combates o campañas militares».