La emisora pública Kan ha informado que un nuevo marco para un acuerdo de tregua, destinado a facilitar la liberación de rehenes y elaborado conjuntamente por el Mossad, el Shin Bet y las Fuerzas de Defensa de Israel, fue rechazado por el primer ministro Benjamin Netanyahu.
Aunque los detalles específicos del marco no fueron divulgados, se sabe que la propuesta fue desarrollada por David Barnea, jefe del Mossad; Ronen Bar, jefe de Shin Bet; y el general de división Nitzan Alon, encargado de los esfuerzos de inteligencia para localizar a los secuestrados.
El informe señala que este esquema fue presentado a Netanyahu en diversas ocasiones, incluida una reunión preparatoria para las conversaciones que tendrían lugar en El Cairo con figuras clave internacionales como el jefe de la CIA, William Burns; el jefe de la inteligencia egipcia, Abbas Kamel; y el primer ministro de Qatar, Sheikh Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani. Este encuentro tenía como objetivo reanudar las negociaciones basadas en un acuerdo previamente discutido en París.
Sin embargo, Netanyahu instruyó a los representantes israelíes a acudir a El Cairo con la directriz de “solo escuchar”, sin proponer nuevas ideas ni responder formalmente a las demandas de Hamás, las cuales ha descrito como “delirantes”. A raíz de esta decisión, Alon optó por no asistir, enviando a su lugar a un adjunto, mientras que Netanyahu designó a su asistente político, Ophir Falk, para participar en las discusiones.
El contexto de estas negociaciones se ve marcado por la presión de Estados Unidos hacia Israel para que participe en las conversaciones de El Cairo, a pesar de la reticencia inicial israelí. Altos funcionarios estadounidenses han expresado que aún existe la posibilidad de avanzar hacia un acuerdo, esfuerzo al que Washington se compromete a contribuir. Durante una conversación telefónica el domingo, el presidente de EE. UU., Joe Biden, instó a Netanyahu a enviar una delegación a El Cairo, subrayando el interés de EE. UU. en establecer una pausa de seis semanas en los combates como medida preliminar hacia un cese del fuego más extenso.
Según una fuente política citada por Kan, las “exigencias poco razonables de Hamás para detener la guerra” siguen siendo un obstáculo principal. Estas demandas incluyen un alto el fuego permanente, la retirada de tropas de Gaza, la reconstrucción del enclave y la liberación de unos 1.500 terroristas palestinos a cambio de los rehenes capturados el 7 de octubre por el grupo terrorista Hamás.
Israel ha mostrado apertura a discutir basándose en el marco original de París, que contempla una pausa humanitaria en tres fases, incluyendo la liberación de entre 35 y 40 rehenes israelíes en la primera fase.
Las negociaciones futuras determinarían los detalles de las fases subsiguientes y los terroristas palestinos que Israel liberaría, si ambas partes aceptan la propuesta de París. Aunque existen versiones variadas de este marco, no se ha hecho pública una versión oficial.