La oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu defendió la designación del mayor general David Zini como nuevo director del Shin Bet, a pesar de las acusaciones de conflicto de intereses. Las críticas surgieron por la investigación en curso sobre supuestos vínculos entre el personal del primer ministro y Qatar, conocida como “Qatargate”. La oficina afirmó que Zini no participará en dichas indagaciones.
La fiscal general Gali Baharav-Miara cuestionó la legalidad de la decisión de Netanyahu. En un pronunciamiento, señaló que el nombramiento, anunciado para el 15 de junio como reemplazo de Ronen Bar, violó normativas legales. Baharav-Miara expresó preocupación porque el proceso podría estar viciado debido a intereses personales del primer ministro.
En su defensa, la Oficina del primer ministro argumentó que la urgencia de la guerra en Gaza justificó la rápida selección de un jefe permanente para el Shin Bet. Según el comunicado, cualquier demora en el nombramiento comprometería la seguridad nacional y la protección de los soldados israelíes.
Sobre las acusaciones de conflicto de intereses, la oficina aseguró que el director del Shin Bet carece de autoridad para intervenir en la investigación del “Qatargate”. Para evitar especulaciones, garantizó que Zini quedará completamente al margen de ese caso, sin ninguna participación directa o indirecta.