En la reciente reunión de la facción Nueva Esperanza, tras su escisión de Unidad Nacional, el miembro de la Knesset Gideon Sa’ar criticó la gestión gubernamental de la guerra en Gaza y condicionó su permanencia en la coalición a obtener una mayor influencia sobre el curso de la guerra.
Sa’ar, antiguo miembro del Likud, afirmó que los objetivos de guerra fijados por el gabinete de seguridad son ambiciosos pero alcanzables. Sin embargo, expresó su preocupación por el “ritmo de los avances militares” y el impacto que la situación ha tenido en el conflicto con Hezbolá en el norte.
Sa’ar insistió en la importancia de actuar con mayor rapidez y aumentar la presión militar sobre Hamás, señalando que el tiempo corre en contra de Israel en la escena internacional. Señaló que su decisión de dar prioridad a la formación de un gobierno de emergencia frente a su inclusión en el gabinete de guerra limitado ya no es viable, y describió su separación de Benny Gantz como una oportunidad para influir en un cambio en la dirección de la guerra.
El líder de Nueva Esperanza dejó claro que su partido se unió al gobierno con el propósito de influir en la guerra contra Hamás, y si eso no es posible, no pueden justificar su participación en el gobierno. Sa’ar aseguró que actuarán con responsabilidad nacional y están comprometidos con la consecución de los objetivos de la guerra, sin embargo, negó haber mantenido conversaciones con el ex primer ministro Naftali Bennett sobre un futuro político compartido.
Sa’ar había solicitado la semana pasada ser nombrado miembro del gabinete de guerra como condición para separarse de Unidad Nacional, marcando un momento crítico en la política israelí en medio de la guerra en curso.