En una histórica decisión unánime, el Tribunal Superior de Justicia de Israel ha dictaminado que las parejas del mismo sexo tienen el derecho de adoptar niños según la ley de adopción de 1981.
El tribunal reinterpretó la ley vigente que, en su redacción literal, excluía a las parejas del mismo sexo de la adopción de niños. Ahora, afirma que la intención original de la legislación era garantizar el bienestar de los niños adoptados y, en vista de la comprensión actual sobre el bienestar infantil, la ley podría interpretarse para permitir la adopción por parte de parejas del mismo sexo.
Esta decisión histórica ha sido recibida con entusiasmo por grupos de defensa de los derechos LGBTQ y por el Movimiento Reformista de Israel, que lideró los desafíos legales contra la ley.
Sin embargo, los diputados ultraortodoxos y sionistas religiosos de línea dura han denunciado la sentencia, argumentando que socava la identidad judía de Israel y divide a la sociedad.
La ley de 1981 establecía que solo “un hombre y su esposa juntos” podían adoptar niños, lo que dificultaba significativamente la adopción por parte de parejas del mismo sexo. La decisión del tribunal se basa en la interpretación de que la ley se refiere a parejas comprometidas en lugar de específicamente heterosexuales.
El tribunal argumenta que el bienestar del niño no está influenciado por la orientación sexual de los padres y que la adopción por parejas del mismo sexo podría cumplir el “propósito objetivo” de la ley: el bienestar del niño.
Esta sentencia histórica ha sido celebrada por defensores de los derechos LGBTQ en Israel como una victoria que pone fin a años de discriminación en el proceso de adopción. Por otro lado, ha generado críticas de grupos religiosos conservadores, quienes consideran que la decisión socava los valores tradicionales y la identidad judía del país.