La Fuerza Aérea Israelí (IAF) completó su cuarto ejercicio aéreo internacional en el sur de Israel, Bandera Azul 2019, a principios de este mes, un ejercicio que los planificadores han descrito como el más avanzado de su tipo hasta la fecha.
Hacia el final del ejercicio, celebrado del 3 al 14 de noviembre en la Base de la Fuerza Aérea de Uvda, al norte de Eilat, otros aviones de la Fuerza Aérea de Israel estaban ocupados atacando objetivos de la Jihad Islámica Palestina en la Franja de Gaza mientras los cohetes volaban en dirección a las ciudades israelíes.
Sin embargo, las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, Alemania, Italia y Grecia se unieron a las tripulaciones de vuelo israelíes y completaron el entrenamiento conjunto según lo previsto.
“En 2017, llamamos a Bandera Azul nuestro mayor ejercicio. Ahora, en 2019, estamos describiendo este simulacro como el más avanzado”, dijo el Teniente Coronel Tal Herman, jefe del equipo de gestión de la Bandera Azul de la IAF, a JNS en medio del ejercicio.
“Lo que lo hace avanzado es que, en primer lugar, es la primera vez que participan aviones de quinta generación, el F-35 israelí y el F-35 italiano. Nos centramos en integrar estos aviones y en vincularlos con aviones de cuarta generación, como los F-15 y F-16, y los Eurofighters alemanes e italianos”, explicó.
“Hay muchas computadoras voladoras y todas tienen que hablar entre sí”, agregó.
La introducción del F-35 en el ejercicio contribuyó a facilitar esa tarea, ya que todos los aviones internacionales tienen instalado a bordo el sistema de comunicaciones Link 16 de la OTAN, un sistema que la IAF no había tenido hasta la llegada del F-35 israelí, que viene con el sistema instalado.
Esto significa que, por primera vez, los cazas israelíes se conectaron a la red NATO Link 16.
“Hasta ahora ha tenido mucho éxito”, declaró Herman. “Hicimos grandes esfuerzos para hacer posible esta conexión. Es un gran avance, y podría tener dividendos operativos, si fuera necesario”, dijo refiriéndose a la posibilidad de que, en el futuro, los cazas F-35 israelíes puedan trabajar sin problemas con los F-35 de la OTAN en misiones conjuntas si fuera necesario.
Mientras tanto, el avión de mando y control Eitam de la IAF voló con su homólogo italiano; ambas plataformas fueron fabricadas por Israel Aerospace Industries.
El simulacro consistió en un Equipo Rojo, aviones israelíes que jugaban contra el enemigo, desafiando al Equipo Azul en el aire, así como baterías simuladas de misiles en el suelo “apuntando” al Equipo Azul.
Bandera Azul presentaba aviones de transporte de cazas en el Equipo Azul que se enfrentaban a aviones del Equipo Rojo, incluyendo cazas F-16, aviones no tripulados y un sistema Patriot que simulaba misiles tierra-aire.
Queríamos que esto avanzara en el sentido de que el Equipo Rojo simula activos que son relevantes para la arena hoy en día, y no solo las amenazas establecidas del pasado”, dijo Herman. El Equipo Rojo también tuvo F-35s como resultado.
“Queremos que el Equipo Rojo sea receptivo y no venga solo con un plan de juego previo. Este equipo tiene un controlador y quiere ganar, así que desafía al equipo azul. Pero la seguridad es lo primero. No vinimos a derrotar a la Fuerza Azul, sino a entrenarla”.
“Más cómodo para cooperar”
Integrar el F-35 en un simulacro no es tarea fácil, ya que es un caza diseñado para ser invisible a los demás. Eso también crea desafíos para la etapa de revisión después del vuelo, cuando las tripulaciones se sientan a ver las grabaciones de sus maniobras que se les reproducen mostrando la ubicación de las distintas aeronaves. Para superar ese desafío, los planificadores colocaron cápsulas de localización y sellado de tiempo en los F-35 para que pudieran participar en las revisiones posteriores al vuelo.
De lo contrario, dijo Herman, “el caza no le dirá a nadie dónde estaba”.
Aprender a manejar los aviones de sigilo de quinta generación fue un aspecto clave del ejercicio. “¿Cómo puedo bajarlo? Colocamos ciertos bloques en el avión para que el simulacro fuera justo”, dijo.
Hasta 2014, Herman fue responsable de la cooperación internacional de la IAF con otras fuerzas aéreas antes de incorporarse a la vida civil. Pero ha salido dos veces de la jubilación para liderar el ejercicio de la Bandera Azul: una vez en 2017 y otra vez ahora para la Bandera Azul 2019.
En un comunicado, la IAF dijo que “el objetivo del ejercicio es simular de la manera más realista los escenarios de guerra extrema y de vuelo de la coalición. El ejercicio es de gran importancia estratégica y tiene una influencia significativa en los planes estratégicos internacionales del Estado de Israel”.
Cuando se le pidió que enumerara las ventajas de tal simulacro, Herman dijo: “La primera es que reúne a personas de diferentes fuerzas aéreas. El día en que pueda llegar un orden real, hace que sea más cómodo cooperar. Hemos estado juntos, sentados en las mismas salas de reuniones. No somos extraños. Diplomáticamente, cada imagen de una fuerza aérea extranjera volando con la IAF es buena para Israel”.
A nivel técnico-profesional, el simulacro desafía a las tripulaciones extranjeras sacándolas de su zona de confort y haciéndolas volar en espacios desconocidos. “Tienen que volar juntos con plataformas que no conocen, contra tácticas que no son sus tácticas en la cancha de casa. Algunos de nosotros tenemos que volar en un idioma diferente. Volar en inglés es un nivel de dificultad diferente”, dijo Herman.
Los pilotos en su propio territorio saben dónde aterrizar si tienen problemas técnicos. No es así cuando se entrena en el extranjero.
“La tensión profesional es alta. Esto es similar a lo que podría ocurrir en una emergencia real”, explicó Herman. “Podrían ser sacados de su zona de confort, y no se despiertan en una cama familiar. Todo el mundo quiere buenos resultados; todo el mundo quiere actuar. Estos aspectos significan que hay un gran valor añadido para la formación del individuo”.
En 2019, la IAF participó en una serie de ejercicios de entrenamiento en Israel y en el extranjero, incluyendo ejercicios conjuntos en Grecia, Chipre y Gran Bretaña.