Un comandante de Hamás y otro de Hezbolá mueren en ataques aéreos israelíes en Sidón y Nabatieh, Líbano, por su rol en actividades terroristas.
Comandante de Hamás muerto en ataque aéreo en Sidón
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la muerte de Khaled Ahmad al-Ahmad, comandante de Hamás, en un ataque aéreo ejecutado la madrugada del miércoles en Sidón, ciudad costera del sur del Líbano. Al-Ahmad lideraba las operaciones en el sector occidental de la rama libanesa del grupo terrorista. Según las FDI, el comandante organizó múltiples ataques contra civiles y militares israelíes durante la guerra en curso. Recientemente, se dedicó a la transferencia de armas y a planificar acciones terroristas contra Israel. Las FDI justificaron el ataque al señalar que las actividades de Al-Ahmad representaban una amenaza directa para la seguridad del país y sus ciudadanos.
La Agencia Nacional de Noticias del Líbano reportó que un dron israelí impactó un automóvil en el barrio de Villas, cerca de la mezquita del Imán Ali en Sidón. Imágenes del lugar mostraron un vehículo Renault en llamas. Hamás confirmó la muerte de Al-Ahmad, identificándolo como un comandante de campo de su organización. La presencia de Hamás en el Líbano, aunque menor que en Gaza, es significativa y está estrechamente vinculada con Hezbolá, grupo terrorista libanés también respaldado por Irán.
Este ataque se produce en un contexto de tensiones continuas tras el alto el fuego de noviembre de 2024, que puso fin a más de un año de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá. Los combates comenzaron el 8 de octubre de 2023, cuando Hezbolá, en apoyo a Hamás, lanzó ataques diarios con misiles y drones contra territorio israelí. A pesar del cese de hostilidades, Israel mantiene operaciones puntuales contra amenazas inmediatas, como la de Al-Ahmad.
El alto el fuego permite a Israel responder a actividades que violen los acuerdos establecidos, y las FDI han continuado ejecutando ataques casi diarios contra operativos de Hezbolá y sus aliados. Desde noviembre de 2024, más de 140 activistas de Hezbolá han sido eliminados en estas operaciones, según fuentes militares israelíes.
Datos clave sobre los ataques recientes en el Líbano
- Khaled Ahmad al-Ahmad: Comandante de Hamás, lideraba operaciones en el sector occidental del Líbano y organizaba ataques contra Israel.
- Adnan Harb: Comandante de Hezbolá, encargado de logística en la división Badr, violó acuerdos al transferir armas en el sur del Líbano.
- Alto el fuego de 2024: Acordado en noviembre, permite a Israel responder a amenazas inmediatas; Hezbolá debe retirarse al norte del río Litani.
- Muertes confirmadas: Más de 140 operativos de Hezbolá eliminados desde el inicio del alto el fuego, según las FDI.
Comandante de Hezbolá eliminado en Nabatieh
Un día antes del ataque en Sidón, las FDI llevaron a cabo otra operación en Nabatieh, sur del Líbano, donde eliminaron a Adnan Harb, comandante de Hezbolá. Harb dirigía el despliegue logístico de la división regional Badr, responsable de las operaciones al norte del río Litani. Según las FDI, Harb trabajó activamente para restaurar las capacidades de combate de Hezbolá y reconstruir infraestructura en áreas restringidas por los acuerdos internacionales. Además, Harb facilitó la transferencia de armas entre unidades de Hezbolá dentro del territorio libanés, lo que las FDI calificaron como una “violación flagrante” de los entendimientos entre Israel y el Líbano.
El ataque en Nabatieh se ejecutó mediante un dron, y las FDI confirmaron la muerte de Harb como parte de sus esfuerzos para neutralizar amenazas que comprometan la estabilidad regional. Este tipo de operaciones refleja el compromiso de Israel de hacer cumplir los términos del alto el fuego, que obliga a Hezbolá a replegarse al norte del río Litani y prohíbe actividades militares en el sur del Líbano.
El presidente del Líbano afirmó recientemente que el ejército libanés controla más del 85 por ciento del sur del país, tras la retirada parcial de Hezbolá conforme al alto el fuego. Sin embargo, esta declaración no ha sido verificada de manera independiente. Por su parte, Israel retiró la mayoría de sus fuerzas del sur del Líbano, manteniendo presencia en cinco puestos estratégicos.
Las operaciones de las FDI en el Líbano se enmarcan en una estrategia más amplia para contrarrestar la influencia de grupos terroristas respaldados por Irán, como Hamás y Hezbolá. Ambos grupos han coordinado acciones contra Israel, especialmente desde el inicio de los enfrentamientos en octubre de 2023, cuando Hezbolá intensificó sus ataques en solidaridad con Hamás.
Contexto de los enfrentamientos y el alto el fuego
la guerra entre Israel y Hezbolá escaló significativamente en 2023, tras el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de ese año. Hezbolá, aliado de Hamás, comenzó a lanzar misiles y drones desde el Líbano, lo que desencadenó una respuesta militar israelí. Durante más de un año, los enfrentamientos incluyeron bombardeos aéreos, ataques con drones y operaciones terrestres limitadas. En septiembre de 2024, la situación derivó en una guerra abierta de dos meses, con intensos combates en el sur del Líbano.
El alto el fuego de noviembre de 2024 buscó estabilizar la región, estableciendo condiciones claras para ambas partes. Hezbolá debía retirar sus fuerzas al norte del río Litani, mientras que Israel acordó replegar sus tropas del sur del Líbano, salvo en puntos estratégicos específicos. Sin embargo, las violaciones percibidas por Israel, como la transferencia de armas y la presencia de operativos en zonas restringidas, han llevado a la continuación de ataques selectivos.
La relación entre Hamás, Hezbolá e Irán sigue siendo un factor clave en la dinámica de la guerra. Irán proporciona financiamiento, armamento y entrenamiento a ambos grupos, lo que fortalece su capacidad para operar en múltiples frentes contra Israel. Las FDI han intensificado sus esfuerzos para desmantelar esta red, enfocándose en comandantes clave que coordinan actividades terroristas.
Los ataques recientes en Sidón y Nabatieh demuestran la capacidad de Israel para realizar operaciones precisas contra objetivos de alto valor, incluso en un contexto de alto el fuego. Estas acciones buscan garantizar la seguridad del país frente a amenazas continuas, mientras se mantiene la presión sobre los grupos terroristas que operan en el Líbano.