Las fuerzas de Irán y de Hezbolá regresaron al sur de Siria con uniformes del ejército sirio, informó el viernes el Wall Street Journal. El informe se basó en elementos de alto rango en las filas rebeldes en el área fronteriza con Israel, que por su parte advierte que no recibirá una presencia iraní cerca de los Altos del Golán.
En las últimas semanas ha habido una serie de informes contradictorios sobre el futuro de las fuerzas en los distritos de Dara y Kuneitra, donde la oposición y el Estado Islámico tienen presencia. El área fue marcada como el próximo objetivo del régimen después de la ocupación de los suburbios de Damasco, pero la integración de Hezbolá y otras milicias chiítas lideradas por Irán, llevó a Israel a presionar a Rusia, que también respalda al presidente Bashar Assad.
Sin embargo, según varios informes, existe tensión entre Rusia e Irán sobre el futuro de Siria el día después de la guerra, con la reducción de las líneas de frente y la derrota de ISIS.
A fines del mes pasado, la Organización de Derechos Humanos de Siria informó que las fuerzas iraníes se estaban preparando para retirarse del área como parte del acuerdo entre Jerusalén y Moscú. Sin embargo, el primer ministro Benjamin Netanyahu dejó en claro que Irán debe abandonar todo su territorio, no solo desde Siria. Según los comandantes superiores en las filas, muchos combatientes se fueron, pero regresaron en grandes convoyes vestidos con el uniforme del ejército sirio y portando banderas sirias.
También dijeron que los convoyes contenían muchos lanzadores de cohetes y misiles, lo que podría preocupar a Israel después de que el mes pasado docenas de cohetes fueron disparados por las fuerzas iraníes en los Altos del Golán. El incidente, que terminó sin bajas en el lado israelí, provocó un ataque aéreo a gran escala de la Fuerza Aérea de Israel contra muchos objetivos iraníes y contra las baterías antiaéreas sirias que atacaron a los aviones israelíes.
“Puedes estar seguro de que Israel es casi consciente de algo que está sucediendo en su patio trasero”, dijo un funcionario israelí que habló bajo condición de anonimato al Wall Street Journal.