Durante la noche del jueves, aviones de combate israelíes realizaron ataques aéreos sobre posiciones de Hezbolá en el valle de Beqaa, ubicado en el este del Líbano, según informó el ejército.
En un comunicado difundido este viernes, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) indicaron que los objetivos atacados “representaban una amenaza para el frente interno y las tropas israelíes”. Entre los blancos se encontraban una instalación militar equipada con un sitio subterráneo de fabricación de armas y una infraestructura utilizada para el contrabando de armas en los cruces fronterizos entre Siria y Líbano.
Los bombardeos sucedieron tras el lanzamiento, el jueves, de un dron de vigilancia por parte de Hezbolá, el cual fue interceptado, según las FDI. El ejército israelí denunció que esta acción violaba el acuerdo de alto el fuego vigente. En el comunicado, las FDI subrayaron su compromiso con los términos de este acuerdo y recalcaron que no permitirán actividades terroristas contra su territorio.
El ejército aclaró que, tras la incursión del dron, no se activaron sirenas de alerta. También destacó que continuará actuando contra cualquier amenaza proveniente del grupo terrorista Hezbolá, al tiempo que insistió en que no permitirá su presencia operativa en territorio libanés.
Este incidente marca la primera violación del alto el fuego que se implementó a finales de noviembre, tras más de un año de enfrentamientos entre Israel y el grupo respaldado por Irán. Dicho acuerdo prohíbe las actividades de Hezbolá al sur del río Litani, a unos 30 kilómetros de la frontera israelí, y otorga a Israel el derecho a responder ante amenazas inminentes.
El ejército informó que el dron fue interceptado antes de que cruzara la frontera hacia Israel, utilizando un sistema de defensa aérea terrestre de la Fuerza Aérea israelí.
Este hecho ocurre días después de un ataque aéreo israelí contra un convoy de armas de Hezbolá el pasado martes y en medio de reportes no confirmados sobre otra incursión con drones el miércoles.
Hezbolá había comenzado a lanzar cohetes y drones hacia el norte de Israel el 8 de octubre de 2023, un día después de que Hamás liderara una incursión masiva en el sur de Israel, donde murieron unas 1.200 personas y 251 fueron secuestradas. Estos eventos desencadenaron la actual guerra en Gaza.
En respuesta a estos ataques, Israel lanzó en septiembre una ofensiva aérea y en octubre una ofensiva terrestre limitada, con el objetivo de debilitar el liderazgo de Hezbolá, desplazar sus fuerzas hacia el norte y destruir infraestructuras en aldeas cercanas a la frontera.
Como parte del alto el fuego negociado por Estados Unidos, Israel debía retirar sus tropas del sur del Líbano, permitiendo el despliegue del ejército libanés en la región. La fecha límite para esta retirada era el 26 de enero, pero Israel informó que no podía cumplirla debido a que las fuerzas libanesas aún no se habían posicionado en la zona. El domingo, Estados Unidos y Líbano anunciaron una prórroga para esta operación.