¿Porqué las Fuerzas de Defensa de Israel no han usado toda su fuerza para combatir el creciente terrorismo de la Franja de Gaza? No es sorprendente que esta es una pregunta que muchos israelíes encuentran difícil de responder. Para algunos, esta frustración se traduce en un lenguaje directo dirigido tanto al nivel militar como al político. Sin embargo, incluso si Hamás tontamente arrastra a Israel a un conflicto a gran escala, las FDI han tenido tres buenas razones para adherirse a su política de contención y medir las respuestas militares.
La primera consideración se refiere al interés a largo plazo de Israel en evitar tomar el control militar total y permanente de Gaza, un posible resultado de una campaña militar total; y la posibilidad no menos problemática de un gran derramamiento de sangre, que podría provenir de una campaña parcial. No puede haber duda de que la FDI es capaz de someter y controlar la escalada. El liderazgo de Hamás está motivado por impulsos irracionales, por lo que Israel prefiere tratar de gestionar sus pasos mediante la participación de un tercer lado -la inteligencia egipcia, por ejemplo- que tiene más posibilidades de dar a sus interlocutores una idea más clara del nivel de riesgo que ellos están tomando.
A partir de este punto, podemos derivar una segunda consideración: Israel tiene un papel que desempeñar en la banda de fuerzas regionales que levantan la bandera de la estabilidad y son socios en la lucha contra el islamismo radical en todas sus formas, desde Irán hasta el Estado Islámico. Es precisamente por esta asociación que Israel debe agotar el potencial de acción conjunta con Egipto. Ambos países ven a Hamás como un enemigo, un enemigo sobre el cual sería mejor disuadir que involucrarse en un conflicto total, el resultado de lo cual sería difícil de controlar.
Una tercera consideración se deriva de las posibles ramificaciones de embarcarse en una campaña militar en el sur en el momento álgido de lo que podría desarrollarse rápidamente en una crisis en el norte. Las tensiones entre los Estados Unidos e Irán, junto con los problemas económicos en Teherán, hacen que sea cada vez más probable que el régimen iraní haga algunos movimientos de provocación. Un ojo vigilante en el norte exige que las FDI permanezcan lo más disponibles posible para fortalecer la disuasión contra el principal enemigo de Israel.
Coronel (ret.) El Dr. Eran Lerman, ex subdirector del Consejo de Seguridad Nacional, es el vicepresidente del Instituto de Estudios Estratégicos de Jerusalén.