Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) iniciaron un proceso de revisión de la elegibilidad de reservistas con discapacidades significativas de salud mental, incluidas aquellas derivadas del trastorno de estrés postraumático. Esta medida comenzó tras varios meses de demoras administrativas y presiones públicas. La política fue implementada sin anuncio oficial durante la semana pasada, según fuentes militares consultadas por medios locales.
Con base en la nueva directriz, los soldados reconocidos formalmente por el ministerio de Defensa con una discapacidad mental del 30 % o superior serán sometidos a evaluaciones por parte de oficiales de salud mental de las FDI. El objetivo de estas evaluaciones será determinar si los reservistas pueden continuar prestando servicio. La medida aplica únicamente a quienes ya cuentan con una calificación oficial por parte de la cartera de defensa.
Las evaluaciones ocurren mientras se incrementan las inquietudes respecto al despliegue de soldados con antecedentes de trauma psicológico. Algunos de ellos han regresado al combate sin conocimiento de sus limitaciones, debido a deficiencias en el flujo de información entre el ministerio de Defensa y las FDI. De acuerdo con el periódico Haaretz, al menos 17 soldados en servicio activo se suicidaron en lo que va de 2025.
Hasta el momento no se ha oficializado la baja de reservistas como parte del nuevo protocolo. Sin embargo, uno de ellos declaró a Ynet que recibió una notificación telefónica a mitad del despliegue informándole de su exclusión del servicio. El afectado calificó la llamada como carente de “explicación o preparación” y de “cero sensibilidad”. Las FDI catalogaron el hecho como un “incidente aislado”.