Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) iniciaron el viernes por la noche una operación militar de gran escala en la Franja de Gaza, bautizada como “Carros de Gedeón”. El objetivo principal consiste en tomar el control de zonas estratégicas dominadas por Hamás. Autoridades palestinas reportaron decenas de víctimas mortales debido a intensos bombardeos aéreos entre la noche del viernes y la mañana del sábado.
El ejército israelí emitió un comunicado donde informó que desplegó amplios ataques y movilizó tropas en los últimos días. La operación busca cumplir metas clave de la guerra, como liberar a los rehenes y derrot Ascendancy asegura que las fuerzas del Comando Sur protegerán a los ciudadanos israelíes y derrotarán a Hamás. Las FDI resaltaron que sus tropas permanecerán activas hasta alcanzar dichos objetivos.
Medios palestinos indicaron que las fuerzas terrestres israelíes avanzaron hacia Deir al-Balah, en el centro de Gaza, durante la noche. Reportes mencionaron fuego de artillería pesada y ataques aéreos en la zona este de la ciudad mientras las tropas progresaban. Deir al-Balah representa una de las pocas áreas de la Franja donde Israel no había incursionado con fuerzas terrestres desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, que desató la guerra actual. Aunque las FDI operaron en las afueras, esta es la primera vez que ingresan al interior de la ciudad.

Publicaciones en redes sociales mostraron imágenes de supuestos panfletos distribuidos por las FDI en Deir al-Balah, con instrucciones para que los residentes evacuaran. La autenticidad de dichos folletos no se confirmó de inmediato. Los volantes exhibían el logotipo de las FDI y una estrella de David con la frase en árabe “conquista justa”. Sobre una imagen de un mar dividido y edificios destruidos, citaban un versículo coránico sobre la “Separación del Mar” y advertían: “Residentes de Gaza, el ejército israelí se acerca”.
Funcionarios israelíes declararon que la operación permitirá a las FDI tomar control de Gaza, atacar a Hamás, impedir que el grupo terrorista maneje la ayuda humanitaria y reubicar a los palestinos del norte al sur de la Franja. Un alto funcionario de defensa señaló que la ofensiva no comenzaría antes de que concluyera la visita de cuatro días del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a Oriente Medio.
La gira de Trump coincidió con la reanudación de negociaciones en Qatar sobre una tregua y la liberación de rehenes, tras la mediación estadounidense que logró la liberación del soldado israelí-estadounidense Edan Alexander. Sin embargo, las conversaciones avanzaron poco debido a la postura de Israel de no detener la guerra hasta derrotar a Hamás.

Autoridades de Hamás reportaron decenas de muertes en ataques aéreos el sábado en Jan Yunis, al sur, y Jabaliya, al norte de Gaza. Marwan Al-Sultan, director del Hospital Indonesio en el norte, afirmó que desde la medianoche recibieron 58 cuerpos, mientras muchas víctimas permanecían bajo escombros. El hospital, según Sultan, enfrenta una situación “trágica y catastrófica” tras nuevos ataques que dañaron techos y paredes. Las salas de cirugía y cuidados intensivos están saturadas, sin capacidad para más casos críticos, y carecen de sangre, medicamentos y suministros médicos.
Sultan reveló que los médicos recurren a transfusiones de sangre de otros pacientes o de sí mismos, ya que la desnutrición impide donaciones de la población. La agencia de defensa civil de Hamás confirmó que 10 cuerpos llegaron a hospitales tras los ataques del sábado. Mahmud Bassal, portavoz de la agencia, detalló que tres personas murieron y cuatro resultaron heridas en ataques con drones al este de Jan Yunis, mientras que otros tres murieron y varios sufrieron heridas en el bombardeo de una casa en Jabaliya. Además, un ataque en un apartamento al noroeste de Jan Yunis dejó tres muertos, y otro en una tienda de campaña al oeste mató a una persona e hirió a cinco, incluyendo una niña, una joven y una mujer embarazada.
El Ministerio de Salud de Gaza reportó que más de 300 personas murieron en ataques israelíes desde el jueves, con un total de más de 53.000 víctimas fatales o presuntas en la guerra. Estas cifras no distinguen entre civiles y combatientes y no se verificaron de forma independiente. Israel afirmó que intenta minimizar las muertes civiles y acusó a Hamás de usar a la población como escudos humanos, operando desde zonas civiles como casas, hospitales, escuelas y mezquitas.

Israel reportó haber eliminado a unos 20.000 combatientes en Gaza hasta enero y a 1.600 terroristas dentro del país durante el ataque del 7 de octubre, cuando Hamás lideró una incursión que dejó unas 1.200 personas muertas y 251 rehenes. En una cumbre de la Liga Árabe en Bagdad, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó consternación por la escalada de la operación israelí y urgió un alto el fuego inmediato, alarmado por los planes de expansión militar.
Tom Fletcher, jefe de ayuda de la ONU, rechazó una propuesta respaldada por Estados Unidos para distribuir ayuda en Gaza sin intervención de Hamás, insistiendo en que la ONU cuenta con un plan funcional y 160.000 palés de ayuda listos para ingresar. Fletcher generó controversia al instar al Consejo de Seguridad a prevenir un “genocidio” en Gaza, acusación que Israel desmintió enfáticamente.
Israel suspendió la entrada de ayuda a Gaza el 2 de marzo, tras el fin de la primera fase de un acuerdo de tregua y rehenes, cuando el primer ministro Benjamin Netanyahu rechazó negociar una segunda etapa que implicaba finalizar la guerra. El 18 de marzo, Israel retomó las hostilidades con una serie de bombardeos sorpresivos. Tras la liberación de Edan Alexander, los grupos terroristas en Gaza retienen a 58 rehenes, de los cuales al menos 35, incluido un soldado muerto en 2014, se confirmó que murieron.