Múltiples fuentes de noticias informaron que el dossier “Five Eyes” publicado por las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda apoyaron las acusaciones de la administración de EE.UU. de que China escondió o destruyó a sabiendas pruebas del coronavirus.
Según el documento de 15 páginas, China comenzó a censurar las noticias relacionadas con COVID-19 en los motores de búsqueda y los medios sociales el 31 de diciembre, eliminando términos como “variación del SARS” y “mercado de mariscos de Wuhan”. El manuscrito continúa diciendo que mientras el gobierno chino presionaba a los Estados Unidos, Italia y otros para evitar imponer restricciones de viaje, incluso cuando ellos mismos imponían severas restricciones a la entrada y salida de Wuhan, donde se originó el virus.
Un informe de Fox News dijo que hasta un 70-75% de la comunidad de inteligencia estadounidense también creía que el virus “probablemente escapó” de un laboratorio biológico en la ciudad de Wuhan, “donde se estaba estudiando la cepa natural no como un arma biológica sino como parte de un esfuerzo chino para demostrar que sus esfuerzos para identificar y combatir los virus son iguales o mayores que los de los Estados Unidos”. Fox dijo “esto estaría en desacuerdo con las afirmaciones de que el brote se originó en un mercado húmedo cercano”.
El informe sostiene que el gobierno chino tardó meses en admitir el alcance total de la mortal enfermedad, o que podía ser transmitida por otros humanos hasta diciembre, cuando había infectado a cientos de miles en todo el mundo.
El SaturdayTelegraph publicó un informe con una línea de tiempo del supuesto encubrimiento. Según el informe, el 5 de enero, la Comisión Municipal de Salud en Wuhan dejó de proporcionar actualizaciones sobre la cantidad de nuevos casos por un período de 13 días. El 10 de enero, un destacado especialista respiratorio del Primer Hospital de la Universidad de Pekín, (que más tarde se reveló que había contraído el virus él mismo) afirmó que estaba “bajo control” y que se trataba principalmente de una “afección leve”.
El expediente criticó severamente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por estar de acuerdo con el encubrimiento chino a pesar de que “los funcionarios de Taiwán [habían planteado] preocupaciones ya el 31 de diciembre, [junto con] los expertos en Hong Kong el 4 de enero”. El presidente Trump dejó de financiar a la OMS el mes pasado debido al papel de la organización en el supuesto encubrimiento.
La semana pasada, Arutz Sheva informó de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, estaba evaluando diferentes medidas de represalia contra China a raíz de su presunto mal manejo de la pandemia COVID-19 y que fuentes familiarizadas con la situación opinaban que el presidente estaba cada vez más convencido de que el Estado socialista era el culpable de una campaña de desinformación y que era conveniente una ruptura política y económica con China.