FRANKFURT, Alemania (AFP) – Un tribunal alemán condenó el viernes a un ex soldado a cinco años y medio de prisión por planear un atentado de extrema derecha contra altos cargos políticos mientras se hacía pasar por un refugiado sirio.
El juicio, largamente retrasado, puso de manifiesto las simpatías neonazis en las filas del ejército alemán y la eficacia de los servicios de seguridad a la hora de hacer frente al extremismo de derechas, calificado por el ministro del Interior como la mayor amenaza a la que se enfrenta el país.
“El acusado es culpable de planear un grave acto de violencia que pone en peligro al Estado”, dijo el juez Christoph Koller.
El acusado Franco Albrecht, de 33 años y padre de tres hijos, estaba en el banquillo de los acusados ante el tribunal superior regional de la ciudad occidental de Fráncfort desde mayo de 2021.
Se descubrió que el teniente de la Bundeswehr citó a ministros del gabinete, diputados y un prominente activista judío de derechos humanos entre sus objetivos potenciales.
Koller dijo que Albrecht albergaba “opiniones de extrema derecha y racistas-nacionalistas que se endurecieron durante varios años”.
El acusado consideraba a destacadas figuras públicas como responsables de una postura de acogida hacia los refugiados que, en su opinión, conduciría a la “sustitución de la nación alemana”.
Los fiscales han descrito el caso como el primero en la historia de la posguerra del país en el que se acusa a un miembro de las fuerzas armadas de planear un ataque terrorista.
Pistola de la época nazi
Albrecht, que luce barba poblada y lleva el pelo largo atado en una coleta, declaró ante el tribunal que engañó a las autoridades en el momento álgido de la afluencia de migrantes de 2015-16, en el que entraron en Alemania más de un millón de solicitantes de asilo.
Se oscureció la piel con maquillaje para hacerse pasar por un refugiado sin dinero y engañó a los funcionarios de inmigración durante 15 meses, a pesar de no hablar árabe.
El soldado, hijo de madre alemana y padre inmigrante italiano separado, se hizo pasar por un vendedor de fruta cristiano de Damasco llamado David Benjamin.
“Ni el árabe ni los detalles de mi historia eran necesarios”, declaró Albrecht, describiendo sus conversaciones con las autoridades de inmigración.
Fue detenido en 2017 cuando intentaba recuperar una pistola de la época nazi que había escondido en un baño del aeropuerto internacional de Viena, y su fraude se descubrió cuando sus huellas dactilares coincidieron con dos identidades distintas.
Poco después de su detención, la entonces ministra de Defensa Ursula von der Leyen, ahora jefa de la Comisión Europea, dijo que el caso de Albrecht apuntaba a un “problema de actitud” mucho mayor en el ejército alemán.
La sucesora de Von der Leyen, Annegret Kramp-Karrenbauer, ordenó la disolución parcial del comando KSK en 2020 tras las revelaciones de que algunos de sus miembros albergaban simpatías neonazis.
Cinco machetes
El tribunal consideró que Albrecht planeaba utilizar tanto la pistola como otras armas y explosivos que había tomado del ejército alemán para llevar a cabo un atentado.
Sin embargo, durante el juicio los fiscales se retractaron por falta de pruebas de la acusación de que había planeado utilizar su falsa identidad de refugiado para atribuir el crimen a un sirio.
Los abogados de Albrecht habían pedido una sentencia suspendida basada únicamente en la violación de la ley de armas, mientras que los fiscales pedían una pena de cárcel de seis años y tres meses.
Albrecht, que expresó repetidamente ante el tribunal opiniones antisemitas, racistas y nacionalistas duras durante su juicio, declaró que la entonces canciller Angela Merkel había incumplido la Constitución al acoger a los refugiados.
Las investigaciones demostraron que poseía un ejemplar del libro de Adolf Hitler “Mi Lucha” y que afirmaba que la inmigración era una forma de “genocidio”.
Albrecht había estado en libertad bajo fianza al comenzar su juicio, pero volvió a ser detenido en febrero de este año, cuando se le encontraron recuerdos nazis y más armas en su poder, incluidos cinco machetes bajo su colchón.
Koller dijo que los tres meses ya cumplidos se descontarían de la sentencia.