Alemania y Francia han manifestado su oposición a la ofensiva planeada por Israel sobre Rafah, la ciudad más meridional de Gaza, refugio de más de la mitad de la población del enclave, en el contexto de la guerra actual entre Israel y el grupo terrorista Hamás. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha reafirmado su determinación de proseguir con la ofensiva.
Durante una conferencia de prensa en Jerusalén, Annalena Baerbock, ministra alemana de Asuntos Exteriores, expresó su preocupación por las consecuencias humanitarias de tal ofensiva: “Uno coma tres millones de personas están esperando allí en un espacio muy pequeño. Realmente no tienen otro lugar a donde ir en este momento… Si el ejército israelí lanzara una ofensiva sobre Rafah en estas condiciones, sería una catástrofe humanitaria”.
Por su parte, la oficina del presidente francés, Emmanuel Macron, comunicó que, en una conversación telefónica con Netanyahu, Macron manifestó su “firme oposición” a cualquier campaña en Rafah. Según Macron, esto “solo podría conducir a una catástrofe humanitaria de una nueva magnitud y al desplazamiento forzado de poblaciones, lo que constituiría violaciones de los derechos humanos internacionales y traería un riesgo adicional de escalada regional”.
Los líderes israelíes sostienen que para alcanzar el objetivo de eliminar a Hamás es imprescindible eliminar la presencia de terroristas en Rafah y destruir los túneles de contrabando bajo la frontera con Egipto. Netanyahu declaró: “Lucharemos hasta la victoria completa y esto incluye una acción contundente también en Rafah, después de que permitamos a la población civil abandonar las zonas de batalla”.
Ante la creciente preocupación internacional, Israel ha preparado un plan de evacuación para los civiles a lo largo de la costa, revela un informe del Wall Street Journal. El plan, presentado a Egipto, contempla la creación de 15 emplazamientos con 25.000 tiendas de campaña cada uno, distribuidos desde el extremo sur de la ciudad de Gaza hasta la zona de Al Mawasi, al norte de Rafah.
Desplazamiento y dilemas: La realidad de los gazatíes ante la ofensiva israelí
La situación en Gaza se torna cada vez más compleja a medida que algunos residentes comienzan a empacar sus pertenencias para trasladarse, mientras que otros, decididos a quedarse, temen enfrentarse a condiciones más adversas que las ya vividas.
Ahlam Abu Assi, residente en Rafah, expresó su determinación de permanecer en lugar de enfrentar la hambruna: “preferiría morir” en Rafah antes que volver a las condiciones de sus familiares en la ciudad de Gaza, donde “Mi hijo y sus hijos no tienen nada que comer. Cocinan un puñado de arroz y lo guardan para el día siguiente. Mi nieto llora de hambre”.
Por otro lado, Nahla Jarwan, quien inicialmente huyó del centro de Gaza a Rafah, ha decidido regresar a su hogar original en Al Maghazi, a pesar de los riesgos: “Huí de Al Maghazi, vine a Rafah, y aquí estoy, volviendo a Al Maghazi”. Jarwan refleja el temor y la incertidumbre que enfrentan muchos gazatíes, destacando que “Vayamos donde vayamos, no hay seguridad”.
Israel lanzó su ofensiva masiva contra el grupo terrorista Hamás después de que miles de terroristas arrasaran las comunidades del sur el 7 de octubre, masacrando a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a 253 personas con destino a Gaza.
Para los gazatíes, Rafah, en el extremo sur de Gaza, ha supuesto un santuario frente a una ofensiva israelí que ha matado a más de 28.000 personas, según cifras de las autoridades sanitarias terroristas de Hamás en la Franja. Las cifras no pueden verificarse de forma independiente, e Israel afirma que incluyen al menos a 10.000 terroristas, además de los muertos por miles de lanzamientos fallidos de cohetes por parte de grupos terroristas.