Altos mandos militares rusos discutieron recientemente la posibilidad de utilizar un arma nuclear táctica en Ucrania, lo que ha suscitado la preocupación de Washington y Occidente, informó el miércoles el New York Times, citando a varios funcionarios estadounidenses.
Las fuentes no identificadas no quisieron revelar los escenarios que los militares rusos discutieron, pero dijeron que el presidente ruso Vladimir Putin, quien tiene la única autoridad sobre el uso de tal arma, no estuvo involucrado en las conversaciones. Sin embargo, el hecho de que los generales mantuvieran tales discusiones preocupó a la administración Biden.
No obstante, los funcionarios estadounidenses afirman que no hay indicios de que Rusia se esté preparando para realizar un ataque nuclear táctico y que no está trasladando ese tipo de armas al lugar.
El uso de un arma de este tipo requeriría algunos preparativos, como alertar a los comandantes rusos sobre el terreno y asegurarse de que las fuerzas rusas no corren peligro por la explosión o la lluvia radioactiva. Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero, las agencias de inteligencia de EE.UU. han estado atentas a los signos de medidas preparatorias, como ejercicios no declarados o fuerzas estratégicas en alerta, según el informe.
Sin embargo, los funcionarios estadounidenses admiten que los métodos de detección no son infalibles y que no hay certeza de que Washington reciba una advertencia con mucha antelación antes de un ataque nuclear, lo que contribuyó a la preocupación por los debates de los generales rusos. A los funcionarios estadounidenses les preocupa que se produzcan nuevas conversaciones sobre el asunto entre los altos mandos, en particular si Ucrania consigue derrotar a las fuerzas de Moscú en el sur del país.
Según el informe, la información sobre las conversaciones se transmitió al gobierno estadounidense a mediados de octubre. En ese momento, Rusia afirmó sin fundamento que Ucrania estaba planeando utilizar la llamada bomba sucia -un arma convencional a la que se le ha infundido material radiactivo- contra las fuerzas de invasión de Moscú. La intensa actividad diplomática de los funcionarios occidentales en ese momento incluyó que el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, hablara en dos ocasiones con el Ministro de Defensa ruso, Sergei K. Shoigu, esfuerzos que, según algunos de los funcionarios citados, ayudaron a aliviar las tensiones.
El jueves pasado, Putin declaró en un discurso que no veía “ninguna necesidad” de utilizar armas nucleares en Ucrania y que no tenía “ningún sentido, ni político ni militar”.
También la semana pasada, Rusia realizó un ejercicio militar anual para probar la capacidad de los misiles capaces de lanzar armas nucleares. Funcionarios estadounidenses dijeron entonces que no creían que las maniobras, que fueron supervisadas por Putin, fueran una tapadera para un despliegue real.
Aparte de prometer una respuesta significativa, Washington no ha dicho exactamente cómo reaccionaría a un ataque nuclear táctico ruso en Ucrania, pero el presidente estadounidense Joe Biden ha indicado que no implicaría el uso del propio arsenal nuclear de Estados Unidos.
El Pentágono estima que Rusia tiene hasta 2.000 armas nucleares tácticas. No se ha utilizado ningún arma de este tipo en más de 75 años.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, no quiso comentar al NY Times “los detalles de este informe”.
“Hemos sido claros desde el principio en que los comentarios de Rusia sobre el potencial uso de armas nucleares son profundamente preocupantes, y los tomamos en serio”, dijo Kirby. “Seguimos vigilando esto lo mejor que podemos, y no vemos indicios de que Rusia esté haciendo preparativos para ese uso”.
El director de la CIA, William Burns, ha advertido en el pasado que la “potencial desesperación” de Putin por una victoria en Ucrania podría llevarle a utilizar un arma nuclear táctica.
La invasión rusa de su vecino encontró una dura resistencia por parte de Ucrania, que ha sido respaldada por Occidente, incluso con suministros de armas. Una contraofensiva de septiembre por parte de Ucrania ha logrado avances constantes, recuperando territorio en el noreste y el sur que Rusia había capturado anteriormente en el conflicto. Mientras tanto, Putin ha subido la apuesta, llamando a la movilización de las reservas rusas, involucrándose directamente en la planificación de la guerra y ordenando ataques para destruir la red eléctrica ucraniana.