Los ministros de Asuntos Exteriores de Armenia y Azerbaiyán se reunieron el fin de semana en Suiza para negociar la firma oficial de un tratado de paz que ponga fin al actual conflicto sobre la disputada región de Nagorno-Karabaj, menos de un mes después de que una serie de enfrentamientos fronterizos entre ambas naciones dejara casi trescientos muertos.
Los dos diplomáticos, el ministro de Asuntos Exteriores armenio, Ararat Mirzoyan, y el ministro de Asuntos Exteriores azerbaiyano, Jeyhun Bayramov, mantuvieron las primeras conversaciones el domingo en Ginebra, según los comunicados de prensa emitidos por ambas partes. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán afirmó que la reunión había sido “organizada de acuerdo con la tarea [de] redactar el texto del tratado de paz” como resultado de una reunión previa entre el primer ministro armenio Nikol Pashinyan y el presidente azerbaiyano Ilham Aliyev. “La importancia de centrar los esfuerzos en la normalización de las relaciones interestatales entre Azerbaiyán y Armenia … en el período posterior al conflicto fue enfatizada por el ministro Bayramov”, continuaba el comunicado, afirmando que el diplomático de más alto rango del país había “llamado la atención de la parte armenia sobre los elementos del tratado de paz” basados en varios principios clave, incluyendo la retirada de las tropas armenias y de las minas terrestres del territorio azerbaiyano y la aclaración del paradero de los aproximadamente 4.000 azerbaiyanos que siguen desaparecidos desde la guerra más reciente de los dos países.
“El ministro Bayramov subrayó una vez más el compromiso de Azerbaiyán de garantizar la paz y la estabilidad en la región, y su disposición a firmar un tratado de paz”, concluye el comunicado. “Se acordó continuar las conversaciones en este sentido”.
La declaración del Ministerio de Asuntos Exteriores armenio fue más breve, pero contenía muchos de los mismos elementos, incluida la petición de Mirzoyan de que las tropas azerbaiyanas se retiren del territorio armenio y liberen a los prisioneros de guerra armenios que queden. La declaración también pedía garantías para la seguridad de los armenios en el territorio azerbaiyano capturado y el establecimiento de un mecanismo de negociación directa entre Azerbaiyán y la república escindida étnicamente armenia de Artsakh, dentro de Nagorno-Karabakh, que Bakú se ha negado previamente a reconocer o a comprometerse con ella.
Armenia y Azerbaiyán siguen disputándose el territorio de Nagorno-Karabaj, reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán, pero de mayoría armenia, y controlado mayoritariamente por Artsakh desde principios de los años 90 hasta 2020. Sin embargo, en otoño de 2020, Azerbaiyán derrotó decisivamente a Armenia y Artsaj en la Segunda Guerra de Nagorno-Karabaj, lo que supuso la devolución de más de la mitad del territorio en disputa. Aunque las dos partes acordaron un alto el fuego mediado por Rusia en noviembre de 2020, no han puesto fin formalmente al conflicto, lo que ha provocado escaramuzas fronterizas periódicas.