Un tribunal de Colorado acusó el jueves a Mohamed Sabry Soliman, de 45 años, de 118 delitos, incluidos 28 por intento de asesinato, tras atacar con cócteles molotov a manifestantes que exigían la liberación de rehenes retenidos por Hamás en Gaza. El acusado, quien gritó “Palestina libre” durante el incidente del domingo, permanece en prisión con una fianza de $10 millones.
Durante la audiencia en Boulder, Soliman compareció en persona. Las autoridades afirmaron que planeó el ataque durante un año, haciéndose pasar por jardinero. Los cargos incluyen agresión en primer y tercer grado, uso de explosivos, crueldad animal y un delito de odio en un tribunal federal. La abogada del acusado, Kathryn Herold, evitó la lectura formal de los cargos. El 15 de julio se celebrará una audiencia preliminar para evaluar las pruebas.
El fiscal de distrito, Michael Dougherty, señaló que los cargos por intento de asesinato podrían derivar en una condena de hasta 672 años. Quince personas y un perro figuran como víctimas. Algunas no sufrieron heridas físicas, pero se les considera víctimas por estar en el lugar del ataque. El perro resultó herido.
Soliman planeó atacar a unas 20 personas en la manifestación semanal en el centro comercial Pearl Street, pero solo lanzó dos de los 18 cócteles molotov que llevaba. Según la policía, no completó su plan porque “se asustó y nunca había lastimado a nadie antes”. Cinco minutos después de una llamada al 911, los oficiales lo detuvieron, informó el jefe de policía Stephen Redfearn.
Una declaración jurada del FBI reveló que Soliman expresó su intención de “matar a todos los sionistas” y no mostró remordimiento. Entre las víctimas, ocho mujeres y siete hombres, de entre 25 y 88 años, se vieron afectados. El ataque, ocurrido una semana antes del Festival Judío de Boulder, llevó a las autoridades a reforzar la seguridad con equipos SWAT, drones y agentes encubiertos.
La familia de Soliman, que incluye a su esposa y cinco hijos, enfrenta una investigación migratoria. Detenidos el martes por autoridades de inmigración, un juez bloqueó su deportación al día siguiente. Los abogados de la familia argumentaron que castigarlos por los actos de Soliman es “evidentemente ilegal”. La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, calificó las afirmaciones de “absurdas” y afirmó que la familia reside ilegalmente en Estados Unidos.
Hayam El Gamal, esposa de Soliman, y sus hijos están en un centro de detención en Texas. El Gamal, de nacionalidad egipcia, expresó estar “conmocionada” por su detención. Soliman llegó a Estados Unidos en 2022 con una visa de turista que expiró en 2023. Solicitó asilo, pero su autorización de trabajo también caducó. El Gamal, ingeniera de redes, tiene una visa EB-2 pendiente.
Una vigilia en el Centro Comunitario Judío de Boulder reunió a cientos de personas el miércoles. Rachelle Halpern, presente en la manifestación atacada, relató haber visto a un hombre con un bote, seguido de un estruendo, gritos y llamas. “Una mujer estaba envuelta en llamas de la cabeza a los pies, tirada en el suelo con su esposo”, dijo. Varios hombres sofocaron las llamas. Otra víctima anónima describió sentir sus piernas arder y la incredulidad ante lo ocurrido.