Un misil ruso impactó en la madrugada del sábado una torre residencial en el centro de Dnipro, alcanzando la vivienda del rabino Moshe Weber, líder de la comunidad Jabad en la ciudad ucraniana. El ataque dejó dos muertos entre los vecinos del edificio.
Weber se encontraba en su apartamento con su esposa y cuatro de sus once hijos cuando ocurrió la explosión, alrededor de las 3:45 a. m. La familia había regresado recientemente de un campamento en Polonia y, pese a las advertencias de posibles ataques, decidió pasar la noche en su hogar tras la comida de Shabat, en lugar de refugiarse en el estacionamiento subterráneo del edificio.
El impacto despertó a la familia. “Sentí que estaba muy, muy cerca de nosotros, y luego vi desde la ventana que caían ladrillos y ventanas rotas”, relató Weber. El rabino describió que sus hijos reaccionaron con confusión al estruendo y que, al salir del apartamento, se encontraron con oscuridad total, fuego y tuberías de agua colapsadas.
Desde la calle, observaron que el misil había golpeado el piso 26 del edificio. Horas más tarde, a las 7:30 a. m., las autoridades permitieron su regreso temporal al apartamento. Constataron daños en el balcón, pero no dentro de la vivienda. Posteriormente, Weber calificó el desenlace como un hecho afortunado.
“Somos emisarios de Jabad que están aquí y no le temen a nada y estamos aquí para los judíos locales que nos necesitan más que nunca y tratamos de hacer lo que nos incumbe”, declaró Weber. También afirmó que “el Rebe \[de Lubavitch] vela por nosotros, el Santo, bendito sea, nos está cuidando”. Weber dirige la red Kolel Torá en Ucrania, que cuenta con más de cinco mil participantes.
El ataque ocurrió semanas después de que el vehículo del rabino Yossi Wolf, en Jersón, fuera alcanzado por un dron, sin dejar víctimas. Según Weber, decenas de judíos originarios de Dnipro han muerto en el frente de batalla contra las fuerzas rusas desde el inicio de la guerra.
El rabino Meir Stambler, presidente de las comunidades judías de Ucrania, declaró: “Fue una noche muy difícil en Dnipro. No recuerdo bombardeos tan intensos y masivos, y hemos tenido cohetes varias veces a la semana, desde que comenzó la guerra hace tres años y medio”. Añadió que se ha observado un incremento en la intensidad de los ataques y que los civiles lo perciben directamente.
Stambler concluyó con un llamado: “Es hora de poner fin a esta guerra y poner fin al terrorismo que continúa cobrando la vida de civiles y soldados inocentes en el campo de batalla cada semana”.