El lunes por la noche se dispararon cohetes contra el campamento Taji, donde soldados de EE. UU. tienen una base militar, según numerosos informes. Los ataques con cohetes se producen en un contexto de tensiones entre Estados Unidos e Irán, y mientras el Estado islámico sigue amenazando a Irak unos meses después de su derrota en Siria.
El campamento Taji, situado al noroeste de Bagdad, es uno de los cuatro sitios utilizados por la Operación Inherente Resuelta de la Fuerza de Tarea Conjunta Combinada durante la guerra contra ISIS. Es un centro de entrenamiento para una coalición liderada por Estados Unidos que lucha contra ISIS desde 2014. Taji era un centro importante para las fuerzas militares de Estados Unidos y un área donde se mantenía a los prisioneros de guerra en el pasado. Es un gran complejo militar. Es imprescindible para el entrenamiento.
Unas horas después de la puesta de sol del lunes, hubo informes de que tres cohetes Katyushas fueron disparadas en la base. Al-Arabiya informó del incidente a las 22.00 horas. Joyce Karam, corresponsal de The National en Washington, escribe que “si esto es cierto, es una señal más sobre la escalada de las relaciones entre Estados Unidos e Irán, cuyos representantes tienen (cohetes) Katyushas”. Las milicias pro-iraníes en Irak, muchas de las cuales son parte de las Fuerzas Populares de Movilización, o Hasheed al-Shaabi, han perseguido a las fuerzas estadounidenses en el pasado. Según los informes del año pasado, se han encontrado cohetes apuntando a bases estadounidenses.
No todos los informes tienen la misma información. Uno dijo que cinco cohetes alcanzaron el área, matando a seis personas. Sin embargo, a pesar de la presencia de iraquíes y de las fuerzas de la coalición, no se ha identificado a los muertos. Otro informe decía que los morteros habían caído. El 19 de mayo, un cohete lanzado desde Bagdad aterrizó cerca de la embajada de los Estados Unidos.