El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le preguntó el miércoles al presidente ruso, Vladimir Putin, cómo se sentiría si alguien llevara a cabo un ataque de ransomware contra oleoductos rusos.
La pregunta se formuló durante una cumbre cara a cara celebrada el miércoles, y se produce apenas unas semanas después de que un grupo de hackers rusos conocido como DarkSide atacara uno de los oleoductos más críticos de Estados Unidos, propiedad de Colonial Pipeline.
Ese ataque, que dejó fuera de servicio el oleoducto durante más de una semana, sembró el pánico entre los conductores de la costa sureste de Estados Unidos y acabó dejando sin combustible a más de mil gasolineras.
Como resultado del ataque, Biden propuso una lista de 16 entidades de infraestructuras críticas que estarían fuera de los ciberataques. Éstas activarían una respuesta gubernamental en caso de ser atacadas. Algunas de esas 16 son infraestructuras relacionadas con la energía.
Tras el ataque, la Administración Biden reforzó la normativa sobre infraestructuras críticas en materia de ciberseguridad.
Las empresas de oleoductos y gasoductos deben ahora informar de los incidentes cibernéticos al Departamento de Seguridad Nacional, entre otras cosas.
En los días siguientes al ataque, el presidente Biden prometió plantear el asunto a Putin en una reunión propuesta que en ese momento estaba en discusión.
La Administración Biden había impuesto en abril nuevas sanciones a Rusia por los ciberataques, después de que una brecha informática vinculada al Kremlin se infiltrara en varias redes del gobierno estadounidense.
En aquel momento, Biden advirtió a Putin de que cualquier acción emprendida contra Estados Unidos tendría repercusiones proporcionadas.
Rusia ha negado cualquier implicación en el ciberataque de Colonial Pipeline. El presidente Biden también ha dicho que el gobierno ruso no estaba detrás del ataque, pero que había pruebas de que los atacantes vivían en Rusia.