El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se mostró “extremadamente preocupado” por las informaciones que apuntan a que artículos fabricados en Canadá podrían haber acabado en drones iraníes utilizados en la guerra de Rusia contra Ucrania. Trudeau afirma que la empresa local está cooperando plenamente y que el Gobierno está haciendo un seguimiento para averiguar cómo han podido acabar las piezas en los drones.
Canadá tiene controles de exportación, pero los artículos acabaron de alguna manera en manos de Irán. Esto se debe a un informe del Globe and Mail que mostraba que una antena fabricada por una empresa con sede en Ottawa aparentemente acabó en el Shahed-136. Según AFP, “los medios de comunicación locales informaron de que el grupo de reflexión europeo Statewatch y las autoridades de Kiev encontraron componentes de antena de la empresa Tallysman Wireless, con sede en Ottawa -entre 30 piezas fabricadas por empresas occidentales- en drones Shahed-136 de fabricación iraní que forman parte del arsenal de Rusia”.
The Kyiv Independent señaló que “anteriormente, la ONG ucraniana StateWatch y el grupo de la sociedad civil ucraniana Comisión Independiente Anticorrupción (NAKO) publicaron una investigación en la que se descubría que los drones Shahed de fabricación iraní, a excepción del motor, están compuestos en su totalidad por piezas fabricadas en el extranjero. La ONG identificó más de 30 empresas de la UE y Estados Unidos cuyas piezas se han utilizado para fabricar drones kamikazes iraníes”.
Irán ha logrado mantener fuera del radar las piezas occidentales de sus drones
La historia de las piezas fabricadas en Occidente, o incluso en lugares como China, que acaban en drones iraníes es sólo la punta del iceberg en cuanto a cómo Irán ha operado una red global destinada a eludir las sanciones y esponjarse tecnología que pueda ayudar a sus programas militares. Muchos de los artículos que acabaron en los drones iraníes son de uso civil. Por ejemplo, motores pequeños o medianos, o giroscopios, chips u otra tecnología, no son necesariamente de grado militar. Eso significa que Irán puede adquirir más fácilmente todas estas piezas de tecnología de diversas fuentes y luego empaquetarlas en drones en su país.
Gran parte de esto pasó desapercibido durante años porque los drones iraníes se utilizaban en Oriente Próximo. Por lo general, a los países occidentales no les importa tanto si piezas fabricadas en Europa acaban en un dron utilizado por los hutíes apoyados por Irán. Sin embargo, cuando Rusia adquirió drones iraníes y empezó a utilizarlos para atacar Ucrania se prestó mucha más atención a la procedencia de todas las piezas de los drones. Ahora resulta que, aunque Irán presume de la producción autóctona de drones y armas, hay muchas piezas que Irán adquiere de todo el mundo.
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En los últimos meses ha quedado claro, sobre todo porque Ucrania ha ayudado a arrojar luz sobre las piezas de los drones derribados, que muchas de las piezas se fabrican en Occidente. Esto plantea un problema a los países occidentales que apoyan a Ucrania. Tienen que ayudar a Ucrania a derribar los drones que están llenos de piezas occidentales, lo que resulta cuando menos embarazoso. Los países occidentales, como Canadá, quieren saber con razón cómo llegan sus piezas a Irán. Esto se debe a que los países también están sancionando a los fabricantes de drones iraníes y a las empresas de Irán que están enviando drones a Rusia. Los países occidentales no quieren sancionar a sus propias empresas. Además, las empresas suelen decir que no saben cómo llegaron las piezas a Irán.
La empresa canadiense Tallysman, por ejemplo, ha apoyado a Ucrania. Según el Globe and Mail, el presidente de la empresa, Gyles Panther, declaró al periódico que “Tallysman se compromete al 100% a apoyar a Ucrania frente a la agresión rusa”.
Esto supondrá un reto para gobiernos como el canadiense. ¿Cómo se aseguran de que cosas como antenas o motores o chips informáticos y otros elementos no acaben en drones enviados de Irán a Rusia? ¿Qué tipo de empresas tapadera utiliza Irán y cómo puede conseguir estos artículos? Las pruebas han demostrado que Irán es muy ingenioso no sólo a la hora de eludir las sanciones, sino también a la hora de aplicar ingeniería inversa o intentar aplicar ingeniería inversa a los productos y luego trasladar la producción a Irán o a lugares como China. Es probable que los nuevos lazos entre Irán y China aumenten esta cooperación y permitan a Irán librarse de la necesidad de buscar piezas fabricadas en Occidente.