China ha incrementado sus ejercicios militares cerca de Taiwán, lo que hace temer un periodo prolongado de alta tensión y aumenta la presión sobre Estados Unidos para que actúe.
Después de que expiraran las alertas de navegación para siete regiones del país a primera hora del lunes, se preveía que los mayores ejercicios militares de Pekín en torno a Taiwán finalizarían.
Para organizar la guerra antisubmarina y los ataques navales coordinados, el Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación declaró que “continuaba el entrenamiento conjunto en condiciones de guerra reales”.
Según el comunicado, el ejército chino continuaba con su campaña de presión incluso después de que los simulacros con fuego real hubieran terminado, acercando sus buques de guerra y aviones de combate a territorio taiwanés más que nunca.
Según el Ministerio de Defensa de Taiwán, los simulacros de entrenamiento del EPL están afectando negativamente al transporte aéreo mundial. Su objetivo, según el comunicado, es minar nuestra moral y poner en peligro la seguridad regional.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, pidió ayuda a la comunidad internacional la semana pasada.
La administración estadounidense ha denunciado sistemáticamente las acciones de China. Los países industrializados del G7 han suplicado a Pekín que calme el asunto. Washington ha actuado históricamente como defensor oficioso de Taiwán, pero no ha dicho si utilizaría la fuerza para detener a China.
“Si Estados Unidos no hace algo militarmente para hacer retroceder a China en el estrecho de Taiwán y restablecer una auténtica línea roja, será muy malo”, comentó en Twitter Duan Dang, analista de seguridad regional en Vietnam. A decir verdad, nadie en la región seguirá creyendo en los compromisos de Estados Unidos.
Pekín ha intensificado su campaña de propaganda, además de sus ejercicios militares, para socavar la sensación de seguridad del país insular y apaciguar el sentimiento nacionalista en el continente.
Los medios de comunicación estatales y los diplomáticos empezaron a publicar posts y artículos en los que se mostraban ejemplos de la cultura china en las ciudades taiwanesas después de que los servicios chinos de mapas en línea empezaran a representar a Taiwán con más detalle la semana pasada, lo que, según ellos, reforzaba la reclamación de soberanía de Pekín.
En un vídeo compartido en la cuenta de Weibo de CCTV se vieron carteles de calles de Taipei con nombres de ciudades y provincias chinas, como Tianjin, Shandong, Guiyang y Chongqing.
De fondo se escuchaba una emotiva canción con los versos “Una nube de la patria va a la deriva en el borde del cielo y sigue gritando hacia mí”. Una voz sigue gritando: “¡Vuelve, vuelve!”, mientras una pequeña brisa sopla a mi lado.
Todos los caminos llevan a casa, decía el pie de foto del vídeo. Todas las calles están llenas de nostalgia por el hogar.
La complicada identidad nacional de Taiwán, así como su historia de inmigración china y sucesivas oleadas de colonización, han sido explotadas en el esfuerzo propagandístico.