En un esfuerzo por acabar con la prohibición de la pornografía en China, se ha desarrollado en este país un dispositivo que puede detectar cuándo el usuario está viendo porno mediante el control de los picos neuronales, lo que permite que el dispositivo lea efectivamente la mente del usuario, según el equipo de investigación de Pekín que está detrás del proyecto.
El duro trabajo de los “detectores de porno”
Sin embargo, el dispositivo no está pensado para ser utilizado por el ciudadano medio, sino por los “Jian huang shi” o “tasadores del porno” de China, que vigilan los vídeos y fotos publicados en Internet o en las plataformas de las redes sociales para detectar contenidos explícitos.
Cada vez que aparecía una foto indecente, se disparaba una alarma que señalaba el pico neuronal del usuario.
Según los investigadores, el dispositivo que lleva el sujeto en la cabeza puede captar un pico de ondas cerebrales provocado por el contenido explícito.
El principal problema de los observadores de porno, cuyo trabajo consiste en buscar contenidos explícitos ilegales en Internet, es la fatiga humana.
Estar sentado frente a una pantalla y hojear imágenes todo el día puede entorpecer la mente, lo que hace que los observadores pasen por alto algunos de los contenidos que deben eliminar. Además, el cansancio también puede afectar a la cantidad de contenidos que podrían gestionar de forma consecutiva a lo largo del tiempo.
Un sinfín de problemas éticos
Con el casco, un Jian huang shi sólo tiene que sentarse frente a una pantalla de forma pasiva, y el dispositivo trabajaría de forma independiente para cubrir una gran cantidad de contenidos que cambian rápidamente hasta que el dispositivo censor parpadee.
Un investigador que estudia la interfaz cerebro-máquina en la Universidad de Ciencia y Tecnología de China en Hefei, Anhui, dijo que la tecnología podría causar problemas éticos, como la violación de la privacidad.
“No hay ninguna ley que regule el uso de estos dispositivos ni que proteja los datos que recogen”, dijo el investigador, que pidió no ser nombrado, al South China Morning Post.
Pornografía ilegal
En algunos países, entre ellos China, ver porno es un delito. Las autoridades y las empresas chinas han recurrido a la inteligencia artificial, entre otros métodos, para marcar dichos contenidos.
Cualquier tipo de contenido sexualmente gráfico es ilegal en China desde hace tiempo, ya sea visual o literario. En 2018, un escritor bajo el seudónimo de Tianyi fue condenado a 10 años de prisión por vender 7.000 ejemplares de una novela erótica que contenía “representaciones gráficas de escenas de sexo homosexual masculino”, según el South China Morning Post.
La campaña de censura más intensa, denominada “barrer el porno y atacar los rumores”, se produjo bajo el gobierno del presidente Xi Jinping en 2014.
La entonces nueva campaña no sólo prometió detener a los operadores de sitios web, sino que también prohibió el uso de equipos de televisión por satélite que permitían el acceso a las emisiones extranjeras, confiscó cientos de miles de publicaciones ilegales impresas y persiguió a lo que los funcionarios llamaron “falsos periodistas” en el camino.
Las posturas de China sobre el sexo
El gobierno chino lleva mucho tiempo expresando su política a través de posturas públicas sobre el sexo; la Revolución Cultural de los años 60 y 70 calificó el sexo de “distracción del proletariado” de la causa marxista.
El Estado instó a la anticoncepción e incluso a la venta de juguetes sexuales mientras aplicaba la política del hijo único en los años 80.
Del mismo modo, sus campañas contra la pornografía tienen más en mente que la simple preocupación por la salud de los jóvenes y la vida sexual de la gente.
Sin embargo, hoy en día, el gobierno chino, armado con tecnologías de vanguardia, tiene el poder de vigilar e inmiscuirse en los asuntos privados de la gente de una manera que el partido comunista nunca pudo, y no ha mostrado ninguna duda en hacerlo.