China ha exigido a Estados Unidos que levante sin demora las restricciones comerciales impuestas a Cuba durante décadas, y ha criticado los intentos de injerencia exterior en la política de la isla, liderada por los comunistas y sacudida por recientes protestas.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, declaró el lunes a la prensa que “China cree firmemente que debe respetarse el derecho de cada país a elegir de forma independiente su sistema social y su vía de desarrollo”.
“China apoya firmemente la exploración de Cuba para un camino de desarrollo consistente con sus realidades nacionales, se opone a la interferencia externa en los asuntos internos de Cuba, apoya a Cuba en la lucha contra el COVID-19, la mejora de los medios de vida del pueblo y el mantenimiento de la estabilidad, y sigue comprometida con la profundización de la amistad China-Cuba”, dijo.
Los comentarios se produjeron mientras el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresaba su apoyo a las manifestaciones en la isla en contra del régimen autoritario comunista. Acusó al gobierno cubano de responder inadecuadamente a la COVID-19 y de no proporcionar las necesidades básicas mientras los efectos de la pandemia hacían mella en el país.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha reconocido algunas deficiencias y ha aplicado algunas reformas en respuesta a los disturbios. Pero sigue culpando al embargo y a las sanciones de Estados Unidos de la mayor parte de los problemas económicos de Cuba.
Pekín se ha sumado a esas críticas, ya que Zhao dijo el lunes que “China defiende el orden internacional basado en el derecho internacional, la equidad y la justicia internacionales, y se opone a las medidas coercitivas unilaterales de tipo militar, político, económico o de otro tipo”.
Citando cifras económicas de Cuba que coinciden aproximadamente con las proporcionadas a Newsweek el mes pasado por el representante permanente de Cuba ante las Naciones Unidas, Pedro Luis Pedroso Cuesta, Zhao dijo que “el embargo de Estados Unidos durante los últimos 60 años, aproximadamente, ha causado más de 144.100 millones de dólares en pérdidas acumuladas a Cuba”.
Zhao también se refirió a la abrumadora votación del mes pasado en la Asamblea General de la ONU (184-2) condenando las medidas estadounidenses, la 29ª votación consecutiva de este tipo, como una que “refleja la voz común de la comunidad internacional”.
“Instamos a EE.UU. a que levante inmediata y totalmente su embargo contra Cuba y esperamos que mejore las relaciones con Cuba de acuerdo con los propósitos y principios de la Carta de la ONU y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales”, dijo Zhao. “Esto está en consonancia con los intereses comunes de los pueblos de ambos países, así como con la paz y la estabilidad en toda América”.
Rusia, Irán, Corea del Norte, Siria y Venezuela, todos ellos frecuentes críticos de Estados Unidos, se han pronunciado en apoyo de Cuba en medio de las protestas más recientes, al igual que México y otras potencias con vínculos más amistosos con Washington.
Las declaraciones de Zhao fueron recogidas poco después por el Ministerio de Asuntos Exteriores cubano, que también se refirió a sus comentarios de la semana pasada, en los que argumentó que “el embargo estadounidense es la causa fundamental de la escasez de medicamentos y energía en Cuba”.
“China se opone firmemente a la injerencia extranjera en los asuntos internos de Cuba, apoya firmemente lo que Cuba ha hecho en la lucha contra el COVID-19, la mejora de los medios de vida de la población y el mantenimiento de la estabilidad social, y apoya firmemente a Cuba en la exploración de un camino de desarrollo adecuado a sus condiciones nacionales”, dijo entonces Zhao. “Me gustaría subrayar que China está dispuesta a trabajar con Cuba para aplicar el importante consenso de los dos jefes de Estado y está firmemente comprometida con la profundización de las relaciones amistosas entre los dos países”.
La Cancillería cubana señaló el lunes que otros países y expertos también han pedido a Biden que levante el embargo.
“China se suma así a varias naciones y organizaciones del mundo que repudian los actos subversivos, las manifestaciones y los llamados a la intervención en la mayor isla de las Antillas”, dijo el ministerio. “Analistas denuncian que se trata de una estrategia de Washington ya aplicada en otras naciones latinoamericanas y caribeñas para incitar a la agitación social, preparar el terreno para el uso del ejército y la injerencia directa”.
El jueves, Biden declaró que Cuba era “un Estado fallido” que estaba “reprimiendo a sus ciudadanos”. Dijo que las consideraciones de apoyo al país se limitarían estrictamente a su pueblo con garantías de que el gobierno no recibiría ayuda.
“Hay una serie de cosas que consideraríamos hacer para ayudar al pueblo de Cuba, pero requeriría una circunstancia diferente o una garantía de que no serían aprovechados por el gobierno, por ejemplo, la capacidad de enviar remesas a Cuba”, dijo Biden en ese momento. “Yo no haría eso ahora porque el hecho es que es muy probable que el régimen confisque esas remesas o grandes partes de ellas”.
Díaz-Canel rechazó la caracterización que Biden hizo de su país, argumentando el viernes que “un Estado fallido es aquel que, con tal de complacer a una minoría reaccionaria y chantajista, es capaz de multiplicar el daño a 11 millones de seres humanos, ignorando la voluntad de la mayoría de los cubanos, de los estadounidenses y de la comunidad internacional”.
El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, discrepó de este relato durante una rueda de prensa el lunes.
“Lo que estamos haciendo por los mismos principios y valores que apoyamos en todo el mundo”, dijo Price. “Son los derechos humanos, es la democracia, sus libertades civiles básicas y los derechos civiles que el pueblo de Cuba ha sido negado durante demasiado tiempo”.
Dijo que los funcionarios estadounidenses “han dejado muy claro” que “los derechos humanos serán un ancla de nuestra política”.
“Eso es precisamente lo que están viendo en lo que hemos dicho y en los mecanismos de apoyo a lo largo de los años que Estados Unidos ha proporcionado al pueblo cubano”, añadió, “y es precisamente lo que queremos decir cuando decimos que consideraremos formas adicionales de apoyo, incluyendo el apoyo humanitario al pueblo cubano”.
Biden respaldó previamente el levantamiento de las restricciones a Cuba mientras servía como vicepresidente del ex presidente Barack Obama, quien supervisó un histórico calentamiento de los lazos entre Washington y La Habana. Su sucesor, el ex presidente Donald Trump, revirtió estas medidas.
Aunque Biden ha calificado de perjudicial el enfoque de la administración Trump hacia Cuba, ha continuado con sus políticas, que siguen vigentes a la espera de los resultados de una revisión de políticas en curso.
Antes del estallido de las protestas, Cuba no se consideraba una alta prioridad para la administración Biden, ya que lidia con otros asuntos de política interior y exterior, incluidos los esfuerzos para competir con el principal rival de Estados Unidos, China.
Pekín ha ampliado enormemente su influencia global en los últimos años, incluso a través de la Iniciativa del Cinturón y la Ruta del presidente chino Xi Jinping, que se extiende por casi todo el mundo. En el hemisferio occidental, Cuba representa un importante nodo para los proyectos de inversión asociados a la campaña intercontinental de China.
Díaz-Canel fue uno de los líderes mundiales que asistieron a principios de este mes a una cumbre dedicada al centenario de la creación del Partido Comunista Chino, que calificó como “un capítulo trascendental de la historia contemporánea”.