En reacción al viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, China dijo el martes que iniciará “operaciones militares selectivas”, lo que se produce en un momento en que las tensiones entre Pekín y Washington están en su punto más alto.
En un comunicado en el que denunciaba la visita, el portavoz del Ministerio de Defensa, Wu Qian, dijo que el Ejército Popular de Liberación chino estaba “en alerta máxima” y lanzaría una serie de operaciones militares selectivas para combatir la situación, defender resueltamente la soberanía nacional y la integridad territorial y frustrar con determinación los intentos separatistas de “independencia de Taiwán”.
Además, la agencia estatal de noticias Xinhua publicó una advertencia de “grandes ejercicios militares y operaciones de entrenamiento, incluyendo simulacros con fuego real” en seis lugares cercanos a Taiwán, prohibiendo a los barcos y aviones operar en las aguas y el espacio aéreo mencionados.
La propaganda china afirmó que aviones de combate Su-35 habían sobrevolado el estrecho de Taiwán justo antes del aterrizaje de Pelosi. Ya había enviado un buque destructor al sureste de Taiwán, a unos 80 kilómetros de la costa de la isla de Lanyu.
A pesar de las repetidas advertencias de Pekín, el viaje se realizó. El martes por la mañana, una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, declaró que “Estados Unidos tendrá que rendir cuentas y pagar el precio por dañar la soberanía y la seguridad de China”.
Los medios de comunicación chinos compararon la situación con la crisis de los misiles de Cuba de octubre de 1962, uno de los momentos más tensos de la Guerra Fría. El brazo propagandístico del régimen, el Global Times, advirtió en un comentario compartido en Twitter el martes que “esta es la versión del Estrecho de Taiwán (también conocido como Formosa) de la Crisis de los Misiles de Cuba. Estados Unidos es el provocador. El mundo está observando para ver si Pelosi aprieta el gatillo con sus propias manos”.
A raíz de la presencia de Pelosi, China tomó represalias contra los movimientos “muy peligrosos” de Washington, lo que aumentó las tensiones entre los dos países. “Estados Unidos distorsiona, oscurece y devalúa sistemáticamente el concepto de ‘Una sola China’”, decía un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores chino inmediatamente después de que el avión de Pelosi aterrizara en Taipei. “Estos comportamientos son sumamente arriesgados, comparables a jugar con fuego. Los que juegan con el fuego perecerán por sus llamas”, añadió.
A las 22:43 hora local (14:23 GMT), el avión que transportaba al presidente de la Cámara de Representantes aterrizó en el aeropuerto Songshan de Taipei. La idea que han lanzado los medios de comunicación estadounidenses y taiwaneses de que Pelosi podría visitar Taiwán durante su viaje por Asia no ha sido verificada ni por el gobierno oficial ni por el taiwanés.
Pelosi subrayó en un comunicado que su visita tiene por objeto “apoyar” la democracia de la isla ante las “amenazas” que Pekín le ha planteado. “Al visitar Taiwán, demostramos nuestra dedicación a la democracia y reiteramos la necesidad de defender las libertades de las que disfrutan Taiwán y otras democracias”. En un artículo de opinión publicado en el Washington Post, argumentó que Estados Unidos debía “apoyar a Taiwán”, al que describió como una “democracia vibrante y robusta” que “está amenazada”. También criticó a Pekín por haber “intensificado drásticamente las tensiones con Taiwán” en los últimos años, entre otras cosas, mediante el aumento de las operaciones aéreas en la región, los ciberataques a organismos taiwaneses y la intimidación de las naciones que cooperan con la isla.