Poco después de que Rusia invadiera Ucrania, numerosos funcionarios gubernamentales, expertos, periodistas y analistas occidentales publicaron ensayos en los que afirmaban que las fuerzas armadas ucranianas caerían rápidamente ante el avance de las tropas rusas. Algunos incluso llegaron a afirmar que la ayuda militar occidental no “supondría ninguna diferencia para Ucrania”.
Pero las actuales contraofensivas ucranianas en el este y el sur de Ucrania han demostrado que estas opiniones no podían estar más lejos de la realidad. Hoy, Ucrania sigue en pie y Rusia se retira. ¿Qué ha cambiado?
Cuando comenzó la incursión rusa el 24 de febrero, los rusos intentaron rápidamente invadir Ucrania en tres frentes diferentes. En el norte, los rusos entraron en Ucrania a través de Bielorrusia, y se dirigieron hacia las principales áreas metropolitanas, como Chernihiv y Sumy. En el este, las fuerzas rusas avanzaron fuera del Donbas y se dirigieron hacia Zaporizhzhia. Finalmente, los rusos lanzaron ataques contra Kherson, Melitopol y Mariupol en el sur. Miles de ucranianos fueron asesinados y una cuarta parte de la población de Ucrania fue desplazada.
Pocos en Occidente estaban dispuestos a dar una oportunidad a los ucranianos. Aunque las organizaciones internacionales enviaron rápidamente ayuda financiera, médica y humanitaria, varios gobiernos dudaron en proporcionar ayuda de defensa a Ucrania.
Pero a medida que avanzaba la guerra, los militares ucranianos y los batallones de voluntarios demostraron al mundo que estaban decididos a defender su patria. La resistencia y el valor de estos hombres y mujeres ucranianos cambiaron muchas perspectivas occidentales, y numerosos países de todo el mundo comenzaron a enviar la ayuda letal que Ucrania necesitaba para defenderse.
En abril, los ucranianos habían adquirido varias armas de la comunidad internacional. Utilizando la paciencia y la estrategia, lanzaron su primera contraofensiva. En cuestión de semanas, los ucranianos expulsaron a los rusos del norte de Ucrania. Esta operación permitió a los ucranianos concentrarse en los avances rusos en el este y el sur.
Mientras tanto, los rusos comenzaron a sufrir pérdidas catastróficas. A medida que la guerra avanzaba, decenas de miles de soldados rusos murieron y muchos más resultaron heridos. Los rusos también perdieron miles de millones de dólares en equipamiento militar, y surgieron informes de que las fuerzas rusas en Ucrania estaban desarticuladas. Estas pérdidas provocaron un importante descenso de la moral rusa.
A pesar de estos acontecimientos, algunos analistas occidentales siguieron cuestionando cuánto tiempo podría durar Ucrania. Algunos predijeron que la guerra acabaría en un punto muerto. Otros instaron a las fuerzas ucranianas a comprometerse con los rusos, creyendo que un alto el fuego obligaría a los rusos a detener la guerra. A pesar de estos ruegos, los ucranianos siguieron luchando.
Esta determinación ha dado lugar a uno de los giros más notables de la guerra. Según el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, las fuerzas armadas ucranianas han recuperado más de 2.000 kilómetros en el este de Ucrania en cuestión de días. También han liberado decenas de pueblos y ciudades ucranianas en el este y el sur de Ucrania. En otras palabras, la ofensiva ucraniana de septiembre ha cogido a los rusos completamente por sorpresa.
La velocidad con la que se ha llevado a cabo la ofensiva es notable. Según el medio de comunicación centroeuropeo Visegrad, los ucranianos han recuperado casi todos los territorios ocupados en el oblast (provincia) de Kharkiv. Los ucranianos lo han conseguido en cuestión de días, mientras que a los rusos les había llevado varios meses reclamar este territorio.
Los recientes acontecimientos en Kharkiv, bautizados como el “milagro de Kharkiv” por Illia Ponomarenko, del Kyiv Independent, han demostrado al mundo que los ucranianos se toman en serio la victoria en la guerra. También ha reiterado que los ucranianos están dispuestos a defender los valores occidentales y la democracia, y que defenderán su país hasta el final.
Pero aunque estos acontecimientos se celebran, la guerra está lejos de haber terminado. Pasará tiempo antes de que Ucrania expulse por completo a los invasores rusos. Los ucranianos tienen la moral alta, pero también están cansados. Llevan casi siete meses luchando y lo único que desean es que la guerra termine.
Ucrania ha demostrado que tiene la determinación y las agallas necesarias para ganar. Pero el armamento occidental también ha marcado una gran diferencia
Occidente tiene el poder de ayudar a terminar la guerra. Por ello, la comunidad internacional debe seguir suministrando a Ucrania la ayuda que necesita para esta operación y el resto del conflicto. La indecisión a la hora de seguir apoyando a Ucrania en este momento crucial permitirá a los rusos reagruparse y reestructurar su estrategia, y esto solo conducirá a una guerra prolongada.