Una lingüista del Departamento de Defensa de Estados Unidos ha sido acusada de dar información clasificada, incluyendo los nombres de los activos de la inteligencia americana, a un ciudadano libanés con vínculos al grupo terrorista Hezbolá, anunció el miércoles el Departamento de Justicia.
Los fiscales federales acusaron a Mariam Taha Thompson, de 61 años de edad, que vivía en Rochester, Minnesota, de entregar información que ponía en peligro a esos recursos de inteligencia y al personal militar estadounidense.
“Al comprometer las identidades de estos activos humanos, Thompson puso en grave peligro las vidas de los activos humanos y del personal militar estadounidense”, dijo.
Thompson, que trabajaba para el Departamento de Defensa como contratista, debía comparecer ante el tribunal más tarde el miércoles para una primera comparecencia. Fue arrestada la semana pasada por la acusación de espionaje en una instalación militar de Estados Unidos en el extranjero.
La fiscalía dijo que durante un período de seis semanas que comenzó a finales de diciembre, cuando los ataques aéreos de Estados Unidos se dirigieron a las fuerzas apoyadas por Irán en Irak, Thompson accedió en repetidas ocasiones a decenas de archivos que no tenía necesidad de revisar. Esos archivos incluían los nombres de los activos humanos, sus fotografías y los cables que detallaban la información que las fuentes proporcionaban al gobierno de Estados Unidos.
Los fiscales dijeron que cuando los funcionarios registraron su vivienda a principios de este mes, encontraron una nota manuscrita en árabe escondida bajo su colchón con información sobre los sistemas informáticos del Departamento de Defensa y la advertencia de un objetivo del Departamento de Defensa.
Ella transmitió la información sensible a una fuente libanesa vinculada al grupo terrorista Hezbolá “en el que tenía un interés romántico”, decía.
Hezbolá está en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y la Liga Árabe. Se formó en 1982 bajo la dirección del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán para combatir a Israel.
Desde entonces ha servido como el brazo de la República Islámica a las puertas de Israel. Ha pasado de ser un pequeño grupo armado situado principalmente en el sur del Líbano a una fuerza formidable con una gran presencia e influencia en la política libanesa.
El grupo posee decenas de miles de combatientes entrenados, así como una gran variedad de armamento sofisticado. Su intervención en Siria del lado del presidente Bashar Assad también amplió su influencia y alcance en la región.