Los medios de comunicación estatales afirmaron el lunes que, en respuesta a los ejercicios conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur, los soldados norcoreanos habían amenazado con medidas militares “sostenidas, decisivas y abrumadoras”.
Mientras Estados Unidos y Corea del Sur llevaban a cabo los mayores simulacros de la historia de sus fuerzas aéreas, la advertencia se produjo después de que Corea del Norte lanzara la semana pasada una ráfaga de pruebas de misiles, incluido el lanzamiento de cuatro misiles balísticos el sábado.
Según la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA), el Estado Mayor del Ejército Popular de Corea ha declarado que “continuará correlacionando todos los simulacros de guerra anti-RPDC del enemigo con las acciones militares realistas sostenidas, resueltas y abrumadoras”.
En el comunicado se afirma que los recientes lanzamientos de misiles balísticos por parte de Corea del Norte fueron una “clara respuesta” a los ejercicios conjuntos de EE. UU. y Corea del Sur de la semana pasada, y que fueron “actividades militares coincidentes”.
El comunicado advertía que el Ejército Popular de Corea respondería de forma contundente e implacable a cualquier otra provocación militar de los norcoreanos.
En los ejercicios Vigilant Storm de la semana pasada participaron cientos de aviones estadounidenses y surcoreanos, incluidos bombarderos pesados B-1B.
Desde finales de 2017, esta fue la primera vez que los B-1B visitaron la península de Corea.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur había declarado previamente que esta acción demostraba la “capacidad y preparación de su país para responder con fuerza a cualquier provocación de Corea del Norte”.
Corea del Norte siempre ha reaccionado airadamente a los simulacros conjuntos de EE. UU. y Corea del Sur, por considerar que son prácticas para una invasión.
Los bombarderos de largo alcance y los grupos de ataque de portaaviones son dos tipos de armamento estratégico estadounidense que Pyongyang ha criticado a menudo.
Al parecer, Pyongyang está muy preocupado por ejercicios militares como Vigilant Storm, ya que su fuerza aérea es uno de los eslabones más débiles del servicio debido a la falta de aviones avanzados y de pilotos bien entrenados.
En Vigilant Storm participaron algunos de los aviones más avanzados de EE. UU. y Corea del Sur, incluidos los cazas furtivos F-35, en comparación con la envejecida flota de Corea del Norte.
Entre el reciente aluvión de lanzamientos de misiles de Corea del Norte se encontraba un misil balístico intercontinental, mientras que otro aterrizó cerca de territorio surcoreano.
Esencialmente, se trata de una invasión territorial, según el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol, que ha condenado la andanada.
Tanto Estados Unidos como Corea del Sur han expresado su preocupación por la posibilidad de que Corea del Norte realice una prueba nuclear como consecuencia de estos lanzamientos de cohetes.