El viernes, Corea del Norte acusó a los Estados Unidos de llevar a cabo tácticas difamatorias después de que Washington renovara el mes pasado las acusaciones de que Pyongyang era responsable de ciberataques maliciosos.
Ese fue el último de una serie de intercambios que pusieron de relieve las tensiones entre los dos países después de que las conversaciones sobre la desnuclearización iniciadas por el presidente de EE.UU. Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un se estancaron a finales del año pasado.
“Queremos dejar claro que nuestro país no tiene nada que ver con la llamada ‘ciberamenaza’ de la que se habla en Estados Unidos”, dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte en un comunicado.
Dijo que Washington está tratando de usar esas acusaciones como influencia, junto con cuestiones relacionadas con los misiles nucleares y los derechos humanos, así como las acusaciones de financiación del terrorismo y el blanqueo de dinero. El objetivo, dijo, era “empañar la imagen de nuestro país y crear una manera de sacudirnos”.
El mes pasado, el Departamento de Estado, el Tesoro y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, junto con el FBI, emitieron una nueva advertencia sobre la amenaza que representan los hackers norcoreanos, prestando especial atención a los servicios financieros.
La advertencia decía que Corea del Norte está ostensiblemente detrás de una ambiciosa campaña de varios años de robos digitales, que incluye el robo de cajeros automáticos, el asalto a grandes bancos, la extorsión a usuarios de computadoras en todo el mundo y las fugas de dinero digital.
Desde 2006, el país ha estado sujeto a las sanciones de las Naciones Unidas, que han sido reforzadas a lo largo de los años por el Consejo de Seguridad en un intento por detener la financiación del programa nuclear y del programa de misiles balísticos de Pyongyang.
Esta semana, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos acusó al banco estatal del país de evadir las leyes de sanciones de los Estados Unidos y dijo que está acusando a 28 ciudadanos norcoreanos y a cinco chinos por supuestas violaciones a las sanciones.