La presión sobre las actividades de la División Judía del Shin Bet se intensifica. El domingo por la noche, los líderes de las autoridades de Judea y Samaria presentaron una solicitud directa al primer ministro Benjamin Netanyahu para que cierre esta división en la próxima reunión del Gabinete.
En una carta dirigida a la Oficina del primer ministro, los firmantes argumentaron que esta división, activa desde los años 90 bajo el Shin Bet (ISA), ha fallado en su función hacia todos los ciudadanos del estado. Aseguraron que, en lugar de cumplir su rol como unidad antiterrorista, ha operado como un organismo de inteligencia que se enfoca únicamente en los residentes judíos de Judea y Samaria, utilizando métodos ilegales.
Los jefes de las autoridades también destacaron que, a pesar de conocer las tácticas del responsable de la división, estas son prácticas comunes dentro del organismo desde hace años. En su opinión, un cuerpo que actúa de manera tan selectiva no tiene cabida en una democracia.
Además, hicieron énfasis en que las investigaciones de ciudadanos, incluidos reservistas de las FDI y residentes de Judea y Samaria, deben llevarse a cabo conforme a la ley, exclusivamente por la policía. Señalaron que cualquier sospecha sobre un delito cometido por otro residente israelí corresponde a la Policía de Israel, no a un organismo secreto con métodos que carecen de supervisión pública.