La Estación Espacial Internacional (ISS por sus siglas en inglés) se creó en 1998 y contó con la cooperación de Rusia, Estados Unidos, Japón, Canadá y los países que formaron la Agencia Espacial Europea. Desde entonces, 18 países han enviado astronautas a la ISS y a menudo se ha elogiado como uno de los intentos más impresionantes de cooperación internacional. Sin embargo, en abril de 2021, Rusia anunció que tiene previsto abandonar la ISS en 2025 y empezar a trabajar en su propia estación espacial. Este anuncio se produce después de que Roscosmos, la agencia espacial rusa, anunciara en septiembre de 2020 que pretendía enviar una misión a Venus y construir una estación espacial lunar con China.
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Repercusiones internacionales de la iniciativa rusa
Se ha especulado mucho sobre la decisión de Rusia de abandonar la asociación espacial de la ISS, con la preocupación de que pueda ser el resultado de las tensiones tanto con Estados Unidos como con Occidente en general. El anuncio de Roscosmos se produce en un momento en el que las relaciones con Occidente ya son tensas como consecuencia de la acumulación de tropas rusas en la frontera ruso-ucraniana, junto con la decisión del Kremlin de encarcelar al líder de la oposición Alexei Navalny, así como a miles de sus partidarios. La salida de Rusia de la ISS también ha sido vista por algunos como parte de un acercamiento de Moscú hacia Pekín, ya que también han anunciado que planean crear una estación espacial lunar con China. Esto se sumaría al modelo de cooperación que Moscú y Pekín prevén, incluida la posibilidad de formar una alianza militar. Todo ello es indicativo del deseo de Rusia de disminuir su cooperación con Occidente y demostrar que está forjando un nuevo camino.
¿Un beneficio añadido también en casa?
Aunque las implicaciones internacionales de la decisión de abandonar la ISS han sido cuidadosamente analizadas, el impacto doméstico no ha sido examinado tan de cerca. En estos momentos, Putin está perdiendo apoyo popular en el ámbito nacional. Esto es probablemente en respuesta al encarcelamiento y posterior tratamiento de Alexei Navalny y sus partidarios, su inconsistente respuesta a Covid-19, que algunos han descrito como confusa, y las impopulares reformas de las pensiones que se introdujeron hace un par de años. Es muy posible que la decisión de anunciar la retirada de Rusia de la ISS se haya tomado con el fin de obtener apoyo para un proyecto que aumentaría su popularidad interna y despertaría el orgullo nacional.
Aunque la prosperidad nacional puede haber quedado en segundo plano frente a los intereses internacionales a la hora de tomar la decisión de Rusia de abandonar la ISS, la elección de este momento para separarse de otros países en la ISS crea una distracción de los problemas internos. Este movimiento está en consonancia con la teoría de la guerra de distracción. En lugar de una “guerra de distracción”, Putin ha creado una “carrera espacial de distracción”. Un proyecto patriótico para obtener apoyo para su liderazgo que puede alterar momentáneamente el enfoque de la población de los problemas y las molestias que tienen con el Kremlin.
Putin ha actuado de forma similar en el pasado. En 2014, se anexionó Crimea, alegando que los rusos étnicos que vivían allí necesitaban protección y que, de hecho, era propiedad de Rusia. El Kremlin consiguió un importante apoyo interno para la medida y, sin duda, sirvió para distraer la atención de los problemas internos del momento. Los problemas internos en 2014 incluían problemas económicos, el bajo nivel de vida de muchos rusos y la debilidad de las elecciones parlamentarias. Se ha empezado a revelar un patrón en el que las estrategias internacionales se crean con la amnesia doméstica como objetivo final.
¿El patriotismo es más fuerte que el descontento?
La decisión de Rusia de abandonar la ISS esta primavera puede haber sido concebida como una “carrera espacial de distracción”. El tiempo dirá si tiene éxito en esta misión, pero existe la posibilidad de que impulse el fervor patriótico y el apoyo al liderazgo de Putin. Dada la noticia de que Rusia planea ser la primera en rodar un largometraje en el espacio en la ISS (antes de su retirada) y las recientes celebraciones patrióticas del Día de la Victoria en mayo (diseñadas para reafirmar a los rusos tanto la grandeza de su país como la preocupación de su líder por ellos), la decisión de Rusia de abandonar la ISS podría ser parte de un plan más amplio y de mayor envergadura para restaurar la confianza en el país y en su líder. Estos acontecimientos actúan como una herramienta con la que Putin puede empaquetar y vender limpiamente la innovación y el liderazgo de Rusia. Dicho esto, no hay que subestimar el nivel de agravio que rodea a los acontecimientos con Alexei Navalny. El hecho de que haya habido recientes deliberaciones judiciales que han calificado a la organización de Navalny de “extremista”, así como las restricciones a las actividades de su organización, no harán sino afianzar parte del descontento y la ira que sienten muchos rusos. En pocas palabras, la retirada de Rusia de la ISS puede desviar la atención de la política sobre el terreno, pero no por mucho tiempo.