Representantes de Estados Unidos y Rusia se reunieron en Turquía para abordar disputas diplomáticas entre ambas naciones. El encuentro busca destrabar conflictos relacionados con el funcionamiento de sus respectivas embajadas en Washington y Moscú, en lo que representa un primer intento por recomponer las relaciones y encontrar una salida al conflicto en Ucrania.
El Kremlin calificó el año pasado las relaciones con Washington como “por debajo de cero” durante la administración de Joe Biden, quien respaldó a Ucrania con ayuda y armamento mientras sancionaba a Rusia por la invasión de 2022.
Donald Trump, en contraste, ha revertido esa postura. Desde que asumió el cargo el mes pasado, ha impulsado negociaciones con Moscú y prometido una resolución rápida de la guerra.
El encuentro en Estambul fue precedido por una llamada entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin el 12 de febrero, seguida de una reunión diplomática de alto nivel en Arabia Saudita el 18 de febrero.
Los delegados rusos arribaron en una furgoneta Mercedes negra a la residencia cerrada del Cónsul general de Estados Unidos en Estambul. La televisión estatal rusa anticipó que la sesión duraría entre cinco y seis horas.
Aliados europeos de Ucrania temen que el acercamiento de Trump con Moscú resulte en un acuerdo que los excluya y comprometa su seguridad. Trump insiste en que su objetivo es detener la violencia mediante un cese al fuego inmediato.
Putin, por su parte, rebajó las expectativas sobre una resolución rápida. Aseguró que antes de cualquier avance, es necesario restablecer la confianza entre Rusia y Estados Unidos.
Ambos países han expulsado diplomáticos y restringido el nombramiento de nuevo personal en sus respectivas misiones durante la última década, dejando a sus embajadas con personal reducido.
Washington aclaró que la reunión se limitó a asuntos administrativos, como niveles de personal, visas y servicios bancarios diplomáticos. “No hay temas políticos ni de seguridad en la agenda. Ucrania no es parte de las discusiones”, afirmó un portavoz del Departamento de Estado antes del encuentro.
Funcionarios estadounidenses subrayaron que los resultados de la reunión serán evidentes pronto. “O los problemas se resolverán, o no. Sabremos rápidamente si Rusia realmente está dispuesta a negociar de buena fe”.
El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, indicó que el resultado del encuentro determinará la velocidad y efectividad de futuras negociaciones. Admitió que Moscú había impuesto restricciones a los diplomáticos estadounidenses en respuesta a las medidas de Washington contra sus representantes en Estados Unidos.
Aunque las conversaciones se limitaron a asuntos diplomáticos, su éxito o fracaso podría afectar toda la relación bilateral, incluyendo acuerdos sobre desarme nuclear y cooperación económica.
Putin afirmó que Rusia estaría dispuesta a ofrecer a Estados Unidos participación en proyectos de explotación de tierras raras dentro de su territorio y en las regiones ucranianas que reclama como propias.
La delegación estadounidense estuvo liderada por la subsecretaria de Estado adjunta Sonata Coulter, mientras que Alexander Darchiyev, jefe del departamento para América del Norte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, encabezó el equipo ruso.
Darchiyev se perfila como el próximo embajador ruso en Washington, cargo actualmente vacante.