El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó este miércoles de que tres ciudadanos iraníes han sido acusados en Estados Unidos de ciberataques dirigidos a compañías eléctricas, gobiernos locales y pequeñas empresas y organizaciones sin ánimo de lucro, incluido un refugio para víctimas de la violencia doméstica.
Mansour Ahmadi, de 34 años, Ahmad Khatibi Aghda, de 45, y Amir Hossein Nickaein, de 30, están acusados de haber llevado a cabo una serie de ciberataques desde octubre de 2020 contra cientos de víctimas en Estados Unidos, Reino Unido, Israel, Rusia, pero también dentro de Irán, según la acusación.
Los fiscales dicen que los hackers encriptaron y robaron datos de las redes de las víctimas y amenazaron con liberarlos a menos que se hicieran pagos exorbitantes de rescate. En algunos casos, las víctimas efectuaron esos pagos, según el departamento.
Se cree que los piratas informáticos no trabajaban en nombre del gobierno iraní, sino para su propio beneficio económico, y algunas de las víctimas se encontraban incluso en Irán, según un alto funcionario del Departamento de Justicia que informó a los periodistas sobre el caso bajo la condición de mantener el anonimato en virtud de las normas establecidas por el departamento. Pero el funcionario dijo que la actividad existe porque el gobierno iraní permite a los hackers operar en gran medida con impunidad.
Se cree que los tres hackers acusados están en Irán y no han sido detenidos, pero el funcionario del Departamento de Justicia dijo que los cargos pendientes hacen “funcionalmente imposible” que salgan del país.
El caso se presentó en el tribunal federal de Nueva Jersey, donde un municipio del condado de Union fue hackeado el año pasado.
Una de las víctimas fue un refugio contra la violencia doméstica en Pensilvania, que según la acusación fue extorsionado por 13.000 dólares para recuperar sus datos hackeados.