GLASGOW, Reino Unido (AFP) – China y Estados Unidos se comprometieron el miércoles a trabajar juntos para acelerar la acción climática en esta década, en un nuevo y sorprendente pacto ante un calentamiento global que ya está causando desastres en todo el mundo.
El anuncio se produjo en el momento en que la cumbre COP26 de Glasgow entraba en sus últimos días, en los que los negociadores luchaban por limitar el calentamiento global a 1,5-2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales.
“Este documento contiene declaraciones contundentes sobre la alarmante ciencia, la brecha de emisiones y la urgente necesidad de acelerar la acción para cerrar esa brecha”, dijo el enviado especial de Estados Unidos, John Kerry, a los periodistas en un anuncio sorpresa.
“Se compromete a llevar a cabo una serie de acciones importantes ahora, en esta década, cuando es necesario”.
El plan es ligero en cuanto a objetivos concretos, pero tiene una gran carga de simbolismo político en una conferencia que comenzó con Estados Unidos y China —los dos mayores emisores del mundo— aparentemente enfrentados.
La semana pasada, el presidente de EE. UU., Joe Biden, criticó la decisión del presidente de China, Xi Jinping, de no asistir a la cumbre de Glasgow, diciendo que China “se marchó”.
China replicó entonces, pero los lazos parecen haberse descongelado antes de las esperadas conversaciones bilaterales de la próxima semana.
El miércoles, los enviados de EE. UU. y China destacaron la colaboración de sus países, diciendo que habían acordado dejar de lado otras diferencias para trabajar en el clima.
“Ambas partes reconocen que hay una brecha entre el esfuerzo actual y los objetivos del Acuerdo de París, por lo que reforzaremos conjuntamente la acción climática”, dijo Xie Zhenhua, enviado de Pekín desde hace tiempo para el clima.
Seriedad y urgencia
Un documento que resume el acuerdo incluye un enfoque en la reducción de las emisiones de metano, que Kerry describió como la “forma más rápida y eficaz de limitar el calentamiento”.
Dice que las dos partes se reunirán regularmente para “abordar la crisis climática”.
El documento también subraya la necesidad de impulsar los esfuerzos en materia de emisiones a corto plazo, ya que los científicos advierten de que los esfuerzos en materia de emisiones antes de 2030 son cruciales para detener un calentamiento global catastrófico.
La declaración dice que ambos países “reconocen la gravedad y la urgencia de la crisis climática”.
“Se han comprometido a afrontarla mediante sus respectivas acciones aceleradas en la década crítica de 2020”, decía el documento.
China y Estados Unidos son los dos mayores emisores del mundo y juntos representan casi el 40 % de toda la contaminación por carbono.
EE. UU. ya ha dicho que planea ser neutro en carbono para 2050, mientras que China anunció el mes pasado su intención de alcanzar las emisiones netas cero antes de 2060.
El acuerdo climático de París de 2015 compromete a los países a trabajar para limitar el aumento de la temperatura global a entre 1,5 °C y 2 °C a través de una amplia reducción de las emisiones.
Según las Naciones Unidas, los planes de reducción de emisiones de todos los países, en su conjunto, se han fijado como objetivo un calentamiento de la Tierra de 2,7 °C para 2100.
El jefe de la ONU, Antonio Guterres, acogió con satisfacción el pacto entre Estados Unidos y China.
“Abordar la crisis climática requiere colaboración y solidaridad internacional, y este es un paso importante en la dirección correcta”, dijo en Twitter.
No hay excusa
Los negociadores se encuentran en Glasgow para buscar la forma de mantener los límites de grados del Acuerdo de París, mientras los países de todo el mundo se ven azotados por inundaciones, sequías y tormentas cada vez más fuertes, relacionadas con el aumento de las temperaturas.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo anteriormente que los países no tienen “ninguna excusa” para fracasar.
El miércoles se publicaron los borradores de las “decisiones”, que fueron la primera indicación real de dónde se encuentran las naciones tras 10 días de profundos debates técnicos.
El texto, que puede cambiar durante los debates ministeriales, pide a los países que “revisen y refuercen” sus planes de descarbonización para el próximo año, en lugar de 2025 como se había acordado anteriormente.
El acuerdo de París contiene un mecanismo de “trinquete” que obliga a los países a actualizar los planes de emisiones cada cinco años.
Pero varios grandes emisores no cumplieron el plazo de 2020 para presentar nuevos planes, conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional. Otros presentaron planes que no eran más ambiciosos —o incluso menos— que sus planes iniciales.
En esta foto de archivo del 24 de octubre de 2021, el vapor sale de las chimeneas de la central eléctrica de carbón en Niederaussem, Alemania. (AP Photo/Michael Probst, Archivo)
Los países vulnerables afirman que la próxima fecha límite, en 2025, está demasiado lejos para conseguir recortes de emisiones esenciales a corto plazo.
Se necesitan “reducciones rápidas, profundas y sostenidas de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero” para evitar los peores impactos del calentamiento, según el texto.
En lo que, según los observadores, es una “primera mención significativa” a los combustibles que provocan el calentamiento global, el borrador de la cumbre pide a los países que “aceleren la eliminación del carbón y de las subvenciones a los combustibles fósiles”.
La semana pasada, más de 100 países —pero no China— firmaron un compromiso para reducir las emisiones de metano en al menos un 30 % para 2030.