En una reunión con el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó al gobierno turco a aprobar la doble candidatura de Suecia y Finlandia para ingresar en la alianza militar, alegando que ambos países estaban preparados según los protocolos de adhesión de la OTAN.
“Es hora de dar la bienvenida a Finlandia y Suecia como miembros de la OTAN”, dijo Stoltenberg en la conferencia de prensa conjunta de ambos funcionarios en Estambul. “En estos tiempos peligrosos, es aún más importante ultimar su adhesión, para evitar cualquier malentendido o error de cálculo en Moscú” en medio de la invasión rusa de Ucrania, que entra ahora en su noveno mes.
Tanto Suecia como Finlandia condenaron enérgicamente la invasión rusa en febrero. En los meses siguientes, Estocolmo y Helsinki se comprometieron a abandonar sus tradicionales posiciones de neutralidad militar en Europa, y los parlamentos de ambas naciones aprobaron su entrada en la OTAN por un amplio margen. Los protocolos de adhesión de los dos países se firmaron en mayo, y aunque la adhesión a la OTAN suele llevar varios años para garantizar la interoperabilidad entre las fuerzas de los países constituyentes, ambas naciones ya habían cooperado ampliamente con la OTAN, lo que permitió a la alianza “acelerar” su proceso de aprobación.
Hasta ahora, veintiocho de los treinta países miembros de la OTAN han aprobado la adhesión de ambas naciones. Las dos naciones restantes son Hungría, que ha presentado el proyecto de aprobación al parlamento para su consideración, y Turquía, que se ha negado a aprobar la candidatura hasta que ambas naciones cumplan varias condiciones no relacionadas, incluida la prohibición de los grupos kurdos que Turquía considera organizaciones terroristas, como el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y otros movimientos afiliados.
Aunque tanto Suecia como Finlandia aceptaron cumplir las condiciones de Turquía en junio, aún no han aprobado ciertas leyes que las codifiquen, y Cavusoglu señaló durante la conferencia de prensa que “no es posible decir” que los compromisos de ambos países se hayan cumplido. El ministro de Asuntos Exteriores turco reconoció, sin embargo, que tanto Estocolmo como Helsinki habían dado pasos hacia el cumplimiento del acuerdo, incluso suspendiendo las restricciones a las exportaciones de armas a Ankara.
“No pretendemos perjudicar a la OTAN ni bloquear su ampliación, [pero] queremos ver pasos concretos”, dijo. A su vez, Stoltenberg argumentó que ambas naciones estaban “comprometidas con [una] asociación a largo plazo con Turquía” y que habían iniciado el proceso de cumplimiento de sus compromisos en virtud del acuerdo.
Dado que los futuros miembros de la OTAN deben recibir la aprobación unánime de los miembros actuales de la alianza, éstos tienen un gran margen de maniobra para exigir concesiones políticas en cuestiones no relacionadas y pueden vetar la candidatura hasta que se cumplan dichas concesiones. En un caso reciente, Grecia vetó la entrada en la alianza de la “República de Macedonia” por su nombre, alegando que infringía la soberanía griega sobre su propia región macedonia y negándose a aprobar su adhesión. Después de que Macedonia cambiara su nombre por el de Macedonia del Norte en 2018, Grecia suspendió sus objeciones al proceso de ingreso, y fue admitida en 2020.