La condena a 25 años de prisión del disidente ruso Vladimir Kara-Murza pone en evidencia la debilidad y fragilidad del régimen de Vladimir Putin, acusado de crímenes de guerra.
Putin: ¿Entre Stalin y Brézhnev?
Se ha comparado la condena de Kara-Murza con los juicios soviéticos de los años sesenta y setenta, pero hay quienes la consideran más cercana a las penas del régimen de Stalin. Sin embargo, existen diferencias entre el enfoque de Putin y el de Stalin o Brézhnev.
La actitud desafiante de Kara-Murza contrasta con la de los condenados bajo el régimen de Stalin, que solían ser personas quebrantadas con destino a morir en el Gulag. Kara-Murza se asemeja más a los disidentes soviéticos que continuaron luchando incluso en campos de concentración.
Esta fortaleza de Kara-Murza también refleja la decrepitud del régimen de Putin, plagado de contradicciones y frágil hasta la implosión.
La violencia como último recurso
El régimen de Putin es débil e incapaz de reformarse. La condena a Kara-Murza muestra cómo la violencia es lo único que le queda al régimen, y los regímenes violentos suelen ser insostenibles.
La sentencia es una señal para los rusos de que cualquier forma de desafío será tratada brutalmente, pero este tipo de medidas solo refuerza la idea de que hay temor en el régimen a la existencia de más disidentes como Kara-Murza.
Putin y sus colaboradores están conscientes de que su legitimidad se desvanece y que su régimen no durará mucho tiempo.
Guerra en Ucrania y futuro incierto
La guerra en Ucrania, que no se puede ganar, contribuye al debilitamiento del régimen de Putin, y tanto él como sus colaboradores saben que su derrocamiento es inminente.
La perspectiva de enfrentarse a juicios en La Haya es otro elemento que genera incertidumbre entre Putin y sus aliados.
El encarcelamiento de Kara-Murza puede ser visto como el último intento de Putin por mantener el control.
Un símbolo de esperanza
Vladimir Kara-Murza se convierte en un símbolo de esperanza para Rusia, recordando a figuras como Andrei Sájarov y Nelson Mandela, quienes finalmente triunfaron. La condena de Kara-Murza podría ser el principio del fin para el régimen de Putin.